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Nace un liderazgo y, mueren otros

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Franja Sur

Nace un liderazgo y, mueren otros

René Alberto López

Nada es para siempre, menos los liderazgos políticos. Los comicios del pasado domingo serán recordados en la historia política de Tabasco como el declive de las carreras de Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo Pintado, indiscutibles líderes dentro de sus propios partidos, durante un largo período.

El ciclo parece haber concluido para estas otrora figuras políticas en el país, pues sus rodajes comenzaron a decaer, a tocar fondo, en su propia tierra.

No es obra de la casualidad. Sucede que el tiempo pasa y las nuevas generaciones vienen empujando por un cambio verdadero. Los jóvenes, por ejemplo, que ahora tienen entre 25 y 30 años, oscilaban 5 y 15 años cuando Madrazo gobernaba Tabasco y López Obrador el Distrito Federal.

La nueva camada de tabasqueños poco sabe del gobierno del priista y apenas se están enterando de las andanzas de López Obrador.

Esos dos aspectos quedaron demostrados el domingo anterior en que se observó a muchos jóvenes representando a los partidos políticos en las casillas, así como a otros depositando sus votos en las urnas. Algunos votaban por primera vez.

Mientras que otra franja de ciudadanos, sobre todo a aquellos a quienes los años se les vinieron encima, cansados de los pleitos e insultos entre políticos, poca importancia le dieron a estos comicios, al grado de que apenas un 35 por ciento de votantes acudió a las urnas.

En tanto que Gerardo Gaudiano Rovirosa no sólo es un sujeto público joven, una figura fresca en el entorno político local, sino que, a pesar de su edad, ha demostrado ser más juicioso y sensato que muchos políticos experimentado.

Lo anterior quedó de manifiesto en las campañas recientes en la que no se subió a la arena de las agresiones, aun cuando era el blanco predilecto de sus adversarios.

Mostró prudencia y se puede anotar hoy que fue el único de los candidatos que, inteligentemente, no se confrontó con los medios de comunicación, ni realizó reclamos airados a aquella prensa bajuna que lo atacó de manera burda y vulgar.

Gerardo Gaudiano privilegió el diálogo y la discreción en la toma de decisiones y los resultados están a la vista. En los comicios anteriores superó a sus rivales por 12 mil votos y ahora lo hizo con más de 30 mil sufragios.

Creemos que la clave estuvo en mantenerse como un candidato alejado de las confrontaciones y de los denuestos, en que cayeron sus rivales.  

En un estado sacudido por la violencia de la delincuencia en las calles de Tabasco, lo menos que quieren sus habitantes es más brutalidad y salvajismo en su entorno.

La gente busca y anhela liderazgos que le garanticen tranquilidad, paz, diálogo, resultados en la forma de gobernar y todo ello lo encuentran en el joven político.

Sin embargo, Gerardo Gaudiano y su equipo no deben lanzar las campanas al vuelo. Deben seguir caminando con sensatez, debido a que el ayuntamiento de Centro es arma de doble filo.

De este modo, sólo en sus manos está lo que puede vivir o puede morir.  

Mientras que los lugareños de viejo cuño tienen en la memoria que tanto López Obrador como Madrazo Pintado iniciaron la división de la clase política en Tabasco y hasta la fecha mantienen un pleito que parece inacabable.