Varios miles de opositores al gobierno de Nicolás Maduro marcharon en la capital venezolana y en otras siete ciudades del país para exigir la celebración de elecciones regionales y recuperar el derecho al voto, suspendido en el 2016 por primera vez en casi 60 años.
Bajo la consigna “elecciones ya”, los manifestantes, que piden también una salida a la severa crisis en la que está sumido el país, portaron banderas venezolanas y de los diferentes partidos y marcharon por algunas vías del este y oeste de Caracas.
La protesta fue bloqueada en una avenida del norte de la ciudad por centenares de policías, con equipos antimotines, quienes formaron un cordón humano para impedir el avance de los marchistas hacia la sede del Consejo Nacional Electoral.
Luego de más de una hora de forcejeo con los policías, los opositores se retiraron pacíficamente del lugar después de que un grupo de dirigentes entregó a uno de los directores del CNE un documento exigiendo la definición de un cronograma electoral para este año.
Capriles promete sorpresas
El dirigente opositor Henrique Capriles rechazó el despliegue de policías y militares que hubo en Caracas y otras ciudades del interior, y sostuvo que esas acciones revelan el “terror” que le tiene el presidente Nicolás Maduro y su cúpula a que se den elecciones en Venezuela y salga el pueblo a la calle.
Capriles, gobernador del estado de Miranda, aseguró que la marcha de este 23 de enero es la última convencional, pues las próximas convocatorias serán “sorpresa”.
“Hoy estamos en todas las capitales exigiendo que haya elecciones ya. Estamos pidiendo lo que nunca puede faltar en una democracia. Si no hay voto, no puede haber democracia”, expresó desde Bello Monte, uno de los puntos de concentración de la marcha convocada por la oposición.
Para Capriles, el gobierno demuestra el terror que le tienen a las movilizaciones al sacar a todos los funcionarios cuando hay una convocatoria. “Si vieran el despliegue que hay en las capitales”.
Sobre el diálogo, aseguró que fue inútil y que ya no tiene ninguna expectativa. “Si en el país no hay democracia, estos llamados al diálogo son una estafa”, manifestó.
“Confió en mi país y estoy seguro que si hacemos las cosas bien pasarán cosas buenas”, dijo con la Constitución en la mano.
Aunque la marcha de este lunes fue masiva, la asistencia fue mucho menor a la que se reportó en las protestas que se dieron el año pasado a favor de un proceso de referendo revocatorio de mandato de Maduro, que fue suspendido en octubre por las autoridades electorales y judiciales.
MUD: El cambio en la calle
Por su parte, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, aseguró que “sólo en las calles lograrán el cambio en Venezuela, pese al ataque del gobierno nacional”.
“No podemos seguir con este caos. El país no cree en este modelo de gobierno, en este momento no hay Constitución en Venezuela, el gobierno está gobernando como le da la gana (…) y sólo con la fuerza del pueblo en las calles es que podemos presionar para que en Venezuela gobierne el voto, la gente, la Constitución y la justicia”, manifestó.
Borges hizo un llamado al pueblo venezolano a “mantenerse de pie y seguir luchando”, dijo durante la marcha convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hacia la sede del Consejo Nacional Electoral (dominado por el oficialismo)para exigir el cronograma electoral previsto para el 2017. (El Economista)