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Ciudad Deportiva: el fracaso

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Franja Sur

Ciudad Deportiva: el fracaso

René Alberto López

En el mes de noviembre del año 2013, durante un recorrido para supervisar “los avances de las obras de rehabilitación y mantenimiento” emprendidos en la Ciudad Deportiva, Carlos Dagdug Nazur, director general del Instituto del Deporte de Tabasco, informó que la inversión destinada a la rehabilitación de instalaciones deportiva sería de unos 50 millones de pesos.

Desde luego, se refería a los dos principales centros deportivos de Villahermosa, y pasó a explicar que de ese dinero 34 millones 790 mil pesos se aplicarían en la Ciudad Deportiva y otros 14 millones 600 mil pesos en las instalaciones de Olimpia XXI.

Se informó que las obras se comenzaron en el mes de agosto de ese año y que serían 18 obras en la Ciudad Deportiva y ocho en Olimpia.

Pero a casi dos años, no hay manera que concluyan los trabajos, al menos en la Ciudad Deportiva, el más grande centro recreativo de Tabasco, cuyas canchas deportivas alguna vez fueron únicas en el sureste mexicano y un orgullo para los tabasqueños.

Así como se han ido a la ruina otras instalaciones que eran ejemplo para el país como la Industrializadora de Cacao de Tabasco, el Frigorífico de Tabasco y Oleaginosa del Sureste, la negligencia gubernamental también podría arrastras a esa monumental obra, pues al parecer el gasto programado no va de la mano con lo que se está viendo físicamente.  

La infraestructura de la Ciudad Deportiva, fundada en el gobierno de Carlos Alberto Madrazo Becerra (1959-1964),  en su momento era la envidia de los gobiernos de otras latitudes, porque en un mismo sitio se podían practicar todos los deportes.   

Hoy navega entre la incertidumbre y la esperanza debido a que por un lado se anuncia con bombo y platillo su rescate, pero por el otro aflora la apatía, la negligencia.

La remodelación de una cancha de futbol a la que le colocaron pasto sintético y la rehabilitación del espacio donde se practica frontón ha sido lo más significativo, pues el resto de las obras están a medias y parece el cuento de nunca acabar.

Lo más lamentable de todo es que con una inversión de casi 35 millones de pesos para la Ciudad Deportiva, ese lugar siga en penumbra por las noches, con el consecuente peligro para las familias que llegan a practicar atletismo o simplemente a caminar –por recomendación médica–, quienes tienen que hacerlo a oscuras en varios tramos que no están iluminados.

No dimos a la tarea de indagar por qué se ve tan oscura la Ciudad Deportiva, apenas entra la noche.  Contamos que alrededor de todo el velódromo de la deportiva hay 78 postes de lámina con dos luminarias cada uno.

Pero de ese total, 41 una de ellas están apagadas –o no sirven o no las encienden—porque únicamente 37 están iluminando parcialmente, debido a que a 12 de ellas le funcionan las dos lámparas, esto es, iluminan completamente su área, mientras que en otras 25  sólo enciende una luminaria.

Por cierto, esas luminarias fueron colocadas en el gobierno anterior, y tal vez por ello este mandato gubernamental no las quiere usar, por aquello de los celos políticos, pero los perjudicados son los ciudadanos.

Si usted se acerca por las noches a la Ciudad Deportiva, constatará la ruindad de ésta por la falta de iluminación. Es una auténtica boca de lobo. Pero a la gente, fiel a sus ejercicios, ahí se les ve caminando y trotando en la penumbra.   

La única iluminación que tiene en algunos tramos, sobre todo frente al estadio Olímpico y frente a la Mega, es debido al reflejo de las instalaciones de esas negociaciones, que se empalma con la pobre luz de los postes del alumbrado público del ayuntamiento.

La única iluminación de este gobierno en esas instalaciones son las de unos postes, modernos por cierto, que colocaron en la  entrada principal a la deportiva, en la entrada al Estadio Olímpico, Parque Infantil, vestidores del Estadio Olímpico, en fin, 10 a lo sumo, pero no las encienden todas.

Entonces, pese a la millonaria inversión anunciada para la Ciudad Deportiva, ese dinero no se refleja, porque el lugar sigue luciendo en el abandono, en la inmundicia.