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Ataques y cambios en el PRI

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Sin Remitente
Ataques y cambios en el PRI
Víctor Ulín
Es evidente que la reforma de fondo impulsada por Alejandro Moreno Cárdenas para darle un nuevo rumbo y constitución al PRI despertó los más añejos y enquistados intereses en un partido que se apresta a despojarse de una clase política que lo estaba llevando a su destrucción.
La campaña en su contra por ex dirigentes como Dulce María Sauri Riancho y del excandidato presidencial perdedor Francisco Labastida Ochoa, y poderes mediáticos de facto intentan frenar un cambio inexorable e inaplazable.
Para renovarse, los priístas que hacen al partido tienen que empezar necesariamente por la renovación de las viejas estructuras que estaban diseñadas para una clase dominante que detentó el poder por más de 80 años, y que tuvo con su expresión neoliberal su más insatisfecha e histórica ambición.
Esa vieja clase política corrupta priísta que está viviendo sus últimos días antes de iniciarse su expulsión, es la misma que ha permanecido pasiva y hasta contraria a la defensa que de su partido y de sus posiciones en diversos temas como la reforma al Poder Judicial ha venido teniendo Alejandro Moreno Cárdenas.
Sus adversarios fuera y dentro del PRI se resisten a negarle al campechano el mérito de la transformación interna que ha impulsando y hacer de su partido en el mediano plazo una opción político electoral que resulte más atractiva y rentable para mejorar su posición en las próximas elecciones.
A Alejandro Moreno Cárdenas no le ha sido nada fácil mantener vigente a un PRI que acumula la infinidad de errores y malas decisiones de quienes hoy se oponen precisa y paradójicamente a la transformación desde sus raíces del partido y que como dinosaurios despertaron solo para combatir y difamar a su dirigente y no a sus adversarios políticos.
Para bien del PRI, la entrada en vigor de sus recientes reformas y el eventual triunfo de Alejandro Moreno Cárdenas para continuar al frente, le darán la oportunidad de iniciar una nueva etapa ya sin su vieja clase política y lejos, muy lejos del neoliberalismo, pero muy cerca de los ciudadanos para ganarse de nuevo su confianza.