TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Erwin Macario
Valdivia o el optimismo
El cambio no llegará si esperamos
a otra época o a otra persona, porque
somos nosotros a los que hemos estado
esperando. El cambio somos nosotros.
Barack Obama
Ayer jueves, el desayuno del Pentágono, ese ente de cinco periodistas que funciona en el bunker de Prensa Unida de Tabasco (Preutab), fue con Miguel Ángel Valdivia, presidente del PRI estatal. El autollamado comandante en jefe de la pasada campaña electoral extraordinaria, pese a la derrota, es un político optimista.
Tal vez, no es el padre de la derrota, que es huérfana, pues si bien reconoce haber participado buscando la unidad del priismo en torno a la candidata Liliana Madrigal Méndez, la mayor culpa de los resultados desastrosos que el PRI tuvo en la elección, cayendo hasta el tercer lugar en este municipio, recae en la propia candidata que puso el manejo de los recursos de campaña en su esposo así como en los operadores Aquiles Domínguez y Carlos Mario Ramos.
El optimismo que se nota, casi el Cándido, de Voltiere, en el dirigente priísta es que si bien el Centro es el más importante municipio electoralmente hablando, no todo está perdido en Tabasco si se logran rehacer las fuerzas del PRI que han sufrido un desgaste desde hace más de 25 años cuando la traición se incubó contra el gobernador Salvador Neme Castillo.
Si bien es cierto es que el PRI en Tabasco es tercera fuerza en seis municipios, segunda fuerza en siete y primera en cuatro, así como ha perdido gran parte de sus activos ante las malas decisiones copulares que enfrentaron a los grupos políticos que en su interior actúan, para la actual dirigencia no todo está perdido.
Por ello, aunque a muchos militantes todavía no les cae el veinte, él ha caminado Tabasco para ir, como sucede después de las batallas, revisando sus fuerzas, viendo las bajas sufridas para reorganizar fuerzas rumbo al 2018. Atrás queda la autotraición en el uso de los pertrechos pasados. Cada quien pagará, a su tiempo, por las felonías cometidas. La propia perdedora que prefirió agacharse con la lana que meterla para la operación política a la que llegó, eso sí, en desventaja.
También si no puede negarse la fuerza que el PRD mantiene desde el gobierno, lo que es lo más natural, en el PRI han estado de ese lado del mostrador y sólo falta que se pongan los mandiles para contrarrestar las acciones que se darán, con más fuerza, en la lucha electoral venidera.
Que un aspirante a la gubernatura como Evaristo Hernández Cruz se haya ido al partido de Andrés Manuel López Obrador, persiguiendo la Cíbolaelectoral; que grupos como los de Jesús Alí de la Torre y el diputado Adrián Hernández Balboa, no hayan jalado la carreta de Liliana o que ex gobernadores como Roberto Madrazo Pintado y Manuel Andrade Díaz sólo hayan demostrado su verdadera valía dentro del electorado, no destruye al PRI si sus militantes se ponen las pilas —diría Brígida— y hacen lo que otros no harán, muchos menos los políticos que ya bailaron, según infausto dicho del actual delegado nacional priísta en Quintana Roo.
La reunión con Valdivia me llevó a pensar que no anda mal cuando, emocionado, comparte lo importante que son las redes sociales, la comunicación profesional en ella a través de periodistas. Y en ello surge, en la plática, la figura de Barack Obama y su metodo.
Y me remito a El secreto, libro que al hablar sobre la ley de atracción nos recuerda, con Preston Bradley, que “el mundo tiene una manera de darnos aquello que le pedimos. Si estás aterrorizado y buscas alrededor el fracaso y la carestía, eso será lo que recibas, independientemente de lo que te esfuerces en tu tarea. Si no confías en ti mismo, en lo que la vida puede hacer por ti, te estarás separando de las cosas buenas que el mundo puede ofrecerte. La victoria sólo llega a aquellos que la esperan”.
El optimismo de Valdivia, no es malo. Pero se ve difícil que contagie a quienes, por sus intereses personales, han remado contra corriente.
ROSALINDA O LA VERDAD DEL PVEM
Que Rosalinda López Hernández, aspirante por la vía independiente, haya visitado las oficinas donde opera el Pentágono, es una prueba de la pluralidad entre la prensa y los políticos. Realmente es una de las mujeres con mayor fuerza en la política tabasqueña y si bien sus juntas no han sido bien vistas, por los personajes que la aprovechan para vestirse ante las cámaras, ella tiene en Tabasco el reconocimiento.
El que haya sido engañada por Roberto Madrazo y su hijo Federiquito sólo sirvió para que Tabasco comprobara que el madrazato es un proyecto fallido. Que si Manuel Andrade le puso un freno en su mandato, el pueblo le ha colocado en su lugar: quedó probado que la votación tabasqueña hacia el PVEM —refugio del delfín de Roberto— fue en realidad para Rosalinda, pues en la elección extraordinaria sólo obtuvo ese partido unos tres mil votos, contrarios a los más de 30 mil que obtuvo el 7 de junio cuando Rosalinda fue su candidata.