A pesar de que durante años no ha cumplido horas de trabajo dentro de la UNAM, la candidata presidencial Claudia Sheinbaum conserva su plaza dentro de la misma, su antigüedad y sigue cotizando al ISSSTE, al tiempo que ha cotizado como funcionaria pública, por lo que podría jubilarse con 32 años de servicio acumulado.
De 1987, en que inició en la UNAM como trabajadora académica, a 2021, en que renovó por última vez una licencia sin sueldo, Sheinbaum ha obtenido nada menos que dieciséis licencias o permisos para dejar de trabajar sin perder jamás su contrato. De esas, nueve han sido con goce de sueldo y siete sin salario.
Cuatro de sus licencias con goce de sueldo –de 2001 a 2006– corresponden con su paso por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador como Secretaria de Medio Ambiente, en donde también siguió cotizando horas al ISSSTE. El pretexto para esas licencias fue el cumplir una “comisión académica”, cuando en realidad estaba trabajando en el gobierno capitalino.
Una investigación realizada por etcétera sobre el paso de Sheinbaum por la UNAM deja en claro que en innumerables ocasiones Sheinbaum ha violado el estatuto interno de la universidad, pues ha gozado licencias sucesivas que acumulan muchos años, sin que su ausencia le deje de contabilizar como horas cotizadas para su jubilación.
De las nueve licencias con goce de sueldo dos fueron por gravidez y corresponden al mismo periodo, una por cada materia que impartía (Física y Cálculo) y siete se justificaron por el supuesto cumplimiento de una comisión académica de acuerdo al Artículo 56 del Estatuto Interno del Personal Académico, lo que significa que, supuestamente, sus superiores le encomendaron alguna tarea académica.
De las licencias sin goce de sueldo dos se justificaron por “motivos personales” y cuatro por “ocupar un cargo público de importancia”, asunto contemplado en la normativa interna.
Sumando todas las licencias, excepto la de embarazo, Claudia se ha ausentado de sus labores académicas durante 15 años sin dejar de cotizar para su jubilación y sin su contrato y su plaza, a la que puede regresar si así ella lo desea.
De hecho, así lo hizo en el periodo de 2007 a 2015, para luego volverse a ausentar hasta el presente. Claro está que esto no puede tener otra explicación que la corrupción y el influyentismo.
Los datos disponibles indican que Claudia Sheinbaum es parte de esa “burocracia dorada” de la UNAM que su jefe, AMLO, tanto critica.
Las licencias
De acuerdo con la normativa interna de la UNAM, en que se basan los Contratos Colectivos de trabajo, el tiempo máximo que un trabajador académico puede estar con licencia sin goce de sueldo es de un año, pero si el trabajador es nombrado rector de otra universidad o tiene un cargo público de importancia, la licencia puede durar hasta ocho años.
En el artículo 98 del Estatuto del Personal Académico se señala que las licencias para desempeñar un cargo público de importancia “no podrán exceder de seis años” y en el artículo 100 se dice con claridad que esta clase de licencia no se computará como tiempo efectivo de servicios a la UNAM. Tampoco tendrán salario.
En este sentido, Claudia tendría no una, sino TRES licencias por cargo público: de seis años para ser secretaria de Medio Ambiente, de tres años para ser jefa delegacional y de seis años para ser jefa de gobierno. Es decir, que por causa de cargo público se ha ausentado al menos doce años de la universidad.
Peor aún: durante el tiempo que fue funcionaria del gobierno de AMLO y en que fue jefa delegacional, SIGUIÓ RECIBIENDO SU SUELDO como profesora e investigadora.
De manera astuta, Claudia ha logrado que sus respectivas licencias se apeguen, tramposamente a la normativa, mediante mentiras. Además, ha logrado el tiempo suficiente de licencias por motivos personales y por encargos académicos como para que su tiempo de antigüedad laboral le permita jubilarse a pesar de sus 15 años efectivos de ausencia.
Con la complicidad de sus amigos
De acuerdo con el artículo 95 del Estatuto General de Personal Académico de la UNAM, las licencias para profesores e investigadores son admitidas y aceptadas por el director de la dependencia donde se encuentre el trabajador, en el caso de Claudia, el Instituto de Ingeniería de la UNAM. Los permisos también son gestionados por el sindicato académico, AAPAUNAM y ratificados por los Consejos Técnicos.
En suma, si se cuenta con el aval del jefe directo y del sindicato, tener 15 años de permisos es posible, a pesar de que una licencia que se extienda más de un año es causa de rescisión de contrato. Pero Claudia jugó bien sus cartas, desde el punto de vista legaloide, puesto que cada año renovaba su licencia.
Durante los periodos que Claudia Sheinbaum solicitó licencias con y sin goce de sueldo para ocupar los cargos públicos estos fueron los directores del Instituto de Ingeniería quienes le dieron los permisos:
Fiel a su consigna de pagar los favores que le hacen, a unos meses de haber ocupado el cargo de jefa de Gobierno de la CDMX, el 30 de octubre de 2019 Sheinbaum otorgó al Instituto de Ingeniería el proyecto “Análisis de la eficacia en la remoción de patógenos en efluentes y lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales en la Ciudad de México con fines de reúso seguro” a cargo del Dr. Adalberto Noyola Robles, exdirector del IIUNAM que le otorgó licencia con goce de sueldo en 2015 para hacer su campaña y ocupar la jefatura delegacional en Tlalpan.
Dicho proyecto tuvo una duración del 30 de octubre de 2019 al 30 de octubre de 2022 y se pagaron 3 millones 35 mil ,474 pesos a través de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) de la Ciudad de México, encabezada por Rosaura Ruiz Gutiérrez, amiga y exvecina de Claudia Sheinbaum, así como exdirectora de la Facultad de Ciencias.
Por cierto que Rosaura Ruiz, que estuvo casada con Salvador Martínez Della Roca, fue una de varias vecinas que ayudaron a Sheinbaum a apropiarse del predio en donde se encuentra su casa en San Andrés Totoltepec.
Las coincidencias siguen:
Como jefa de gobierno, Claudia benefició de manera directa al exdirector del IIUNAM, Luis Agustín Álvarez Icaza Longoria, el cual fue designado como responsable del proyecto “Valorización de fracción orgánica de residuos sólidos urbanos mediante carbonización hidrotermal” producto del convenio firmado entre el Instituto de Ingeniería y el gobierno capitalino el 21 de agosto de 2019, tres meses después de que le hubiera otorgado el proyecto a Noyola Robles.
Cabe mencionar que el convenio tiene una cláusula de confidencialidad y no establece el monto a pagar, pero en una nota informativa del gobierno de CDMX se menciona que la primera fase tuvo un costo de inversión de 300 millones de pesos provenientes del Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (FOTEASE) de la Secretaría de Energía (SENER) del Gobierno de México.
Etcétera solicitó a la UNAM una copia de las sesiones de los Consejos Técnicos del 2000 a 2006 para tener detalles sobre los permisos concedidos a Claudia para ausentarse de su plaza y hacerlo pasar como una “comisión”.
La repuesta fue nula, pues la autoridad universitaria sólo envió las constancias a partir de 2009. Esto evidencia que las autoridades tienen mucho que ocultar sobre los privilegios concedidos a Claudia, hija de una bien posicionada académica, Annie Pardo.
Fraude a la UNAM y fraude a la CDMX
Para sostener su imagen de científica, Claudia ha logrado aparecer como coautora en abundantes documentos de investigación y es parte, además del Sistema Nacional de Investigadores.
De parte de la UNAM y del SNI ha obtenido pequeños ingresos, y además, el “prestigio” de ser una de las científicas más importantes del país, como presumen sus allegados. Pero esto es falso.
Sheinbaum sabe muy bien que para mantenerse como investigadora de tiempo completo y nivel II en el SNI requiere seguir activa, por lo que aún con sus licencias en la UNAM, siguió reportando producción científica.
El tiempo es limitado y los días sólo tienen 24 horas, por lo que es imposible que Sheinbaum haya sido titular de Medio Ambiente, jefa delegacional y jefa de Gobierno al tiempo que publicaba artículos y dirigía tesis, tal como ha presumido. Cuando fue jefa Delegacional en Tlalpan su nombre apareció en siete artículos y apareció como asesora de siete proyectos de tesis. Todo, en tan solo tres años.
Sólo hay dos alternativas: o su producción científica es un fraude pues estaba dedicada a gobernar o bien, usó el tiempo que le pagaron los ciudadanos de la capital para nutrir su trabajo académico. Porque una cosa es cierta: no pudo desempeñar dos labores de tiempo completo a la vez.
Lo mismo pasó cuando fue secretaria de Medio Ambiente: escribió el libro Estrategia local de acción climática, que curiosamente, fue publicado por la dependencia que ella misma dirigía. Es igual a los libros que AMLO dice que escribió durante su presidencia. Sencillamente, no es humanamente posible hacer ambas cosas. Alguien miente.
Pero no se queda ahí el “dobleteo”. Mientras fue jefa delegacional y también jefa de gobierno, consiguió dar cursos de posgrado para dirigir tesis de maestría y doctorado. Llamativamente, muchos de sus alumnos la nombran como “coautora” en sus artículos científicos. Es así como ha engordado el currículum. Todo un fraude académico.
Cabe recordar, por supuesto, que está documentado que Sheinbaum plagió en sus tesis de licenciatura y de maestría.
Fraude a la Ley del ISSSTE
Como apuntábamos arriba, Sheinbaum ha hecho fraude en materia de horas cotizadas al ISSSTE, por lo que ha acumulado más horas de las trabajadas y ya es acreedora a una muy jugosa pensión, sobre la que AMLO no dice nada.
Las licencias sin goce de sueldo no deben generar horas cotizadas, pero en el caso de Claudia no se ha suspendido la cotización. Documentos en poder de etcétera demuestran que actualmente la UNAM reporta movimientos de salario básico cotizado para Claudia Sheinbaum, a pesar de que se encuentra de licencia sin goce de sueldo, licencia que en sí misma es irregular.
Durante el periodo en que Claudia Sheinbaum fungió como Secretaria de Medio Ambiente de 2000 al 2006 mantuvo intacto su salario de la UNAM y continuó agregando años cotizados para su fondo de retiro. Lo mismo cuando fue jefa delegacional. Asimismo, desde el 1 de octubre de 2015 y por lo menos hasta 2023 sus años de cotización por parte de la UNAM se han mantenido de forma ininterrumpida.
Así, el tiempo cotizado que ha logrado ante el ISSSTE es de 32 años y 3 meses, juntando sus años como funcionaria y sus años como académica.
De acuerdo con información entregada a etcétera, para el 27 de noviembre de 2023, Claudia Sheinbaum tenía una antigüedad académica de 25 años, a partir de su ingreso en mayo de 1987. Como señalamos arriba, Sheinbaum ha obtenido siete licencias sin goce de sueldo, que no le cuentan como antigüedad laboral, pero gracias a que tuvo nueve licencias con goce de sueldo, esos años no se le descontaron.
El artículo 19 de la ley del ISSSTE establece que para los casos de trabajadores con licencia sin goce de sueldo “se les computarán como tiempo de servicio” exclusivamente cuando esta licencia tenga una duración de 6 meses, situación que no aplica para Sheinbaum.
Los años formalmente cotizados por Claudia Sheinbaum en el ISSSTE son 18 y no 32, si restamos los 15 años en que adicionó licencias con y sin goce de sueldo de la UNAM del 2000 al 2006 y del 2015 al 2023. Hasta el día de hoy Sheinbaum, ha cotizado 14 años ocupando cargos públicos, al tiempo que ha conservado sus años de antigüedad en la UNAM como años de cotización, y ejerciendo por tanto, un fraude a las prestaciones laborales del ISSSTE.
Gracias a estos movimientos, Sheinbaum podría tramitar su pensión ya mismo, a partir de un salario base de 30 mil pesos al mes, más 50 mil pesos al mes de estímulos, más lo que podría seguir obteniendo del SNI, que son alrededor de 26 mil pesos mensuales.
Si además acumula cinco años más de “servicio”, la UNAM le permitiría accedor al título de investigadora emérita, cargo del que goza su madre Annie Pardo, que actualmente tiene un salario mensual de 157 mil 291 pesos. (Etcétera).