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Rocha Moya admite derrota ante el crimen organizado en Sinaloa

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“No hemos mejorado”, fueron las palabras con las que Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, admitió los 212 asesinatos ocurridos en el junio más sangriento de la historia de su estado. A estos se suman los 29 cuerpos hallados en fosas.

“Efectivamente, ya lo ha dicho la propia presidenta, mayo y junio representan un alza en homicidios: para eso también estamos trabajando. Para eso también tenemos el suficiente personal. Está la asistencia extraordinaria de la federación”, aseguró frente a medios de comunicación al ser cuestionado por el doble centenar de homicidios.

Además, según datos de la revista Proceso (extraídos de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa), se han registrado 3 mil 600 delitos en el estado en el primer semestre del año, contra los 4 mil 16 del año pasado.

Ya el 13 de junio, el gobierno federal había intensificado su estrategia de contención con más presencia militar y operativos coordinados, repitiendo una fórmula que, hasta ahora, no ha logrado frenar la espiral de violencia. Ese mes envió mil 600 elementos adicionales para que se sumaran a un despliegue ya robusto en el estado. 

Sinaloa, una de las entidades con mayor presencia histórica del narcotráfico en México, enfrenta un nuevo repunte de violencia que ha encendido las alarmas tanto a nivel estatal como federal.

En los últimos meses, la situación se ha agravado a niveles inéditos: más de mil personas han sido asesinadas desde septiembre de 2024, lo que ha convertido a la entidad en uno de los principales focos rojos del país.

Este repunte coincide con una serie de transformaciones internas en el crimen organizado local, particularmente al interior del Cártel de Sinaloa, donde dos facciones —“Los Chapitos” y “La Mayiza”— han escalado su confrontación por el control de rutas y territorios clave. En paralelo, la población civil vive atrapada entre balaceras, desapariciones y extorsiones, mientras la percepción de inseguridad se multiplica.

El lunes 30 de junio, ocurrió una nueva masacre en Culiacán: 20 personas fueron halladas asesinadas en la salida norte de la ciudad. Dieciséis cuerpos estaban amontonados en el interior de una camioneta tipo panel, mientras que otros cuatro fueron colgados y decapitados en un puente que cruza la carretera México-Nogales, a la altura del Seminario.

Esa mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que la inseguridad en el país estaba a la baja y solamente Sinaloa era la excepción, pero se revisará la estrategía de seguridad.

(emeequis).