Salvador Ramírez anunció este viernes su renuncia como coordinador de comunicación del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, luego de la ola de críticas que generaron sus comentarios sobre el asesinato del activista político estadounidense Charlie Kirk.
La decisión se dio horas después de que Ramírez emitiera una disculpa pública en sus redes sociales, en la que reconoció que sus declaraciones durante una mesa de análisis en televisión fueron inapropiadas y hechas a título personal. Subrayó que no buscaba comprometer a Morena ni a la bancada en San Lázaro.
“Lo anterior lo hago porque no quiero afectar bajo ninguna circunstancia que los comentarios de los cuales me disculpé e hice a título personal, se relacionen con el Grupo Parlamentario”, expuso.
Durante el debate televisivo, Ramírez calificó el homicidio de Kirk —ocurrido mientras participaba en un evento universitario— como “una cucharada de su propio chocolate”, en referencia a las posturas del activista sobre el derecho a portar armas en Estados Unidos. Sus palabras desataron una fuerte reacción negativa tanto en México como en el extranjero.
El exfuncionario insistió en que su papel en espacios televisivos es el de analista político y no de vocero partidista. “Seré muy enfático en que deslindo de mis palabras por completo tanto a Morena como al grupo parlamentario y nuevamente al canal de televisión que sencillamente abre las puertas a su mesa de debate”, señaló.

La polémica escaló a nivel diplomático. Christopher Landau, subsecretario de Estado de Estados Unidos, expresó su rechazo a los comentarios en redes sociales que justificaban o relativizaban el homicidio del activista cercano al expresidente Donald Trump. “Me ha indignado ver a algunos en redes sociales elogiando, justificando o restando importancia al suceso, y he ordenado a nuestros funcionarios consulares que tomen las medidas pertinentes”, advirtió.
La renuncia de Ramírez busca contener el impacto político dentro de Morena, pero deja en evidencia la sensibilidad del caso y la presión internacional en torno al asesinato de Kirk.