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TRANSPARENCIA

POLÍTICA

Erwin Macario

Independientes

Con el pretexto de las candidaturas

independientes, ahora quieren

descalificar a los partidos políticos.

Arturo Núñez/ XIV Congreso Nacional

del PRD

La visita, ayer miércoles, de Manuel Paz Ojeda a las oficinas del grupo periodístico que hemos llamado Pentágono puso de nuevo en el tapete de los debates —esta vez entre prensa y políticos— el asunto de las candidaturas independientes.

En un país, en una entidad federativa como Tabasco, que desde el 2012 camina en la  alternancia política y realiza esfuerzos aislados para intentar la transición tan necesaria para el pueblo, tiene que analizarse la cultura democrática y cívica que ha mantenido el poder en pocas familias, una especie de heredad política en la que ya asoman las narices los delfines y una  con “derechos monárquicos”.

La participación ciudadana, a veces atiborrada de eventos políticos como los que recién acaba de vivir el municipio de Centro con la anulación de las elecciones de presidente municipal y regidores, del pasado 7 de junio 2015, con la consecuente nueva elección —también ganada por el candidato perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa— no es, como debiera ser, una participación en democracia plena.

La inasistencia a las urnas es una manifestación visible del cansancio que el tabasqueño tiene de un régimen de partidos que pasó de la institucionalización del poder y el combate a los caudillos a un cómodo ejercicio de franquicias, de la que el ejemplo más claro es el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) adquirido por el gobernador Roberto Madrazo Pintado para su hijo Federiquito, en el sueño monárquico de hacerlo el tercero en esa dinastia iniciada por Carlos Madrazo Becerra, como un producto del garridismo en el que militó como camisa roja.

Las reformas en materia política electoral parecen constriñir el desarrollo democrático, y en ello la transición política, pues la participación del ciudadano se ha dado en forma limitada al erigirse los partidos políticos más que como plataformas en frenos a la voluntad pública que no tiene mayores opciones que las candidaturas, muchas veces adquiridas con dinero y no con trabajo político.

Reducir, así, el ejercicio del derecho a votar a sus representantes, ha conducido al pueblo al hastío. Los porcentajes de abstencionismo son la mejor muestra. La verdad que una gran mayoría no tiene ya confianza en los partidos. Los mismos candidatos han recurrido a buscar el voto por la persona más que por el partido político, en lo que ya es una práctica que está dando paso a lo que puede ser, en lo general, las candidaturas independientes.

La lucha en la que desde antes de la elección federal pasada ha andado Jorge Castañeda y ha dado triunfos como el de El Bronco, a pesar de su pasado partidista de éste, no pueden hacerse a un lado para el 2018. Y en Tabasco ya caminan por esta vía varios aspirantes a la gubernatura, entre ellos nuestro visitante de ayer, Manuel Paz Ojeda.

Ante el crecimiento de un partido político como Morena, con Andrés Manuel López Obrador por tercera vez en las boletas, los partidos no sólo enfrentan ese peligro sino el de los candidatos independientes; aquellos que no sean producto de la simulación o frenos para verdaderas candidaturas.

En Tabasco el propio Arturo Núñez Jiménez, en su papel de militante de un partido político que lo hizo gobernador, es una de las voces en el debate. Desde septiembre de 2015, en el XIV Congreso Nacional del Partido de la Revolución Democrática , celebrado en la ciudad de México, al hablar en nombre de los gobernadores perredistas, se quejó de que “con el pretexto de las candidaturas independientes ahora quieren descalificar a los partidos políticos”. Algo hay de eso. El ciudadano ya no está del todo con una partidocracia protegida desde el ahora sospechoso arbitraje de las autoridades electorales que en Tabasco dieron muestra de negligencia y suciedad que perjudicó al propio Gerardo Gaudiano y lo obligó a ganar dos veces la presidencia municipal.

Arturo Núñez, allá en el DF, aludía más a las candidaturas independientes para la Presidencia que las de los estados o municipios. “Ningún hombre ni prohombre, ningún mesías como candidato independiente podrá sacar al país de la grave situación que atraviesa el país”, dijo aquella vez.

Después, en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Arturo Núñez, el 20 de octubre del año pasado, hizo doméstico el tema pero siempre refiriéndose a las candidaturas presidenciales, no frenando a los aspirantes que en Tabasco busquen esta vía democrática. El gobernador advirtió el riesgo de ingobernabilidad nacional de llegar un candidato independiente a la Presidencia de la República e invitó a los mexicanos a “no emborracharse con las candidaturas independientes”.

Realmente avaló las candidaturas independientes en legisladores, alcaldes y gobernadores para el 2018, pero insistió que en el caso de la Presidencia del país “podría convertirse en un problema de ingobernabilidad si ganara uno de estos aspirantes, debido a que llegaría sin el apoyo de diputados, senadores, gobernadores y alcaldes”.

El debate está ahí.