Vladimir Putin promulgó una ley que despenaliza la violencia doméstica (es decir, cuando hay agresiones al interior de las casas de los ciudadanos). Aunque la despenalización no es absoluta, ya que sólo será en los casos en los que el agresor no cause daños a la salud de la víctima y no sea reincidente en el plazo de un año.
La ley rusa ahora establece que el agresor o agresora no será acusado de delito con inflexiones que causen dolor físico, lesiones, moretones o heridas superficiales a la víctima, solo se considerará una falta administrativa.
Cuando el agresor vuelva a golpear a la misma víctima podrá ser procesado por la vía penal y castigado con cárcel, pero únicamente cuando el agredido logre demostrar los hechos.
¿Qué tipo de efectos tendrá en la vida de las familias rusas?
La violencia contra las mujeres rusas… algo preocupante
La nueva ley ha provocado enojo de los críticos y activistas pues, en Rusia la violencia doméstica contra las mujeres es un grave problema. De hecho, entre 12.000 y 14.000 mujeres mueren todos los años a manos de sus parejas, según datos difundidos por el Ministerio de Interior ruso en 2008, mientras otras fuentes hablan de que una mujer muere cada 40 minutos en Rusia víctima de la violencia de género.
Alena Popova, una activista que ha hecho campaña en contra de la ley dijo que estaría bien pasar las enmiendas si un proyecto de ley específicamente dirigido a combatir la violencia doméstica fuera aprobado al mismo tiempo. Pero esa ley, que prevé órdenes de restricción y otras salvaguardias en casos de abuso doméstico, está paralizada en el parlamento y no se espera que se apruebe.
Los defensores de la ley como el sacerdote Dmitry Smirnov, jefe de la comisión del Patriarcado Ortodoxo Ruso en asuntos de familia, dijo en un programa de televisión que la idea de que el estado se meta en asuntos familiares fue una imposición occidental sobre Rusia.
“Algunas de las cosas que suceden en el norte de Europa ahora son tales que incluso Hitler no podría haberlas soñado”
Los autores de la iniciativa, dos diputadas y dos senadoras de Rusia Unida, el partido del presidente ruso, Vladímir Putin, argumentan que tan sólo quieren despenalizar las palizas que no ocasionen daño a la salud de las víctimas.
Popova dijo que durante su protesta contra la nueva ley, fuera del Parlamento, varias personas la habían insultado. Algunos habían afirmado que ella había sido pagada para protestar por los gobiernos occidentales, mientras que otros le dijeron que algunas mujeres simplemente merecían ser golpeadas.
La nueva ley entró a discusión un día después de que Donald Trump se convirtiera en el presidente de los Estados Unidos, el mismo día que fue la marcha de las mujeres en Washington, lo cual generó controversia sobre el papel que juegan las mujeres en Rusia.
En Rusia la desconfianza en la policía y la justicia o el peso de los llamados “valores tradicionales” hacen que entre un 60% y un 70% de las agredidas nunca llegue a denunciar. Cada caso formalmente presentado desemboca en un juicio en poco más del 10% de los casos.
En un país en donde la violencia contra las mujeres (en su propia casa) es tan grave, ¿se debería tomar tan a la ligera la despenalización de este tipo de delitos (ahora, meras faltas administrativas)?