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AMLO, sometido y humillado

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Testigo fiel
Por: Jesús Torres
AMLO, sometido y humillado
Le hagan como le hagan, lo ocurrido el jueves de la semana pasada en Culiacán, Sinaloa fue un acto de sometimiento y humillación del estado mexicano ante el crimen organizado.
Que ahora pretendan decir que se evitó así una masacre y que corriera la sangre no es otra cosa que querer desviar el daño colateral que causó a la administración del presidente López y su investidura la liberación del hijo del ‘Chapo’ Guzmán.
El llamado a cerrar filas en contra de la delincuencia desde diversos frentes no estaba demás, pero no se podía soslayar el mayúsculo error que había cometido AMLO y su gabinete de seguridad al soltar a uno de los capos más buscados incluso por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
La improvisación y la falta de inteligencia militar para capturar en uno de los bastiones del Cartel de Sinaloa a Ovidio Guzmán, integrante de la organización criminal de ‘Los Chapitos’ fue una de las mayores pifias de la que se tendrá memoria en un gobierno que ha perdido la batalla ante la delincuencia a casi un año de gestión en este país.
Lo peor de todo es que México tiene un presidente que se ha vuelto el hazmerreir de la mayoría de los mexicanos cuando se mofan por la tibieza con que pretende atacar la delincuencia. Sus frases de ‘fuchila’ y ‘guácala’ y que los va a acusar con sus mamacitas han denigrado su papel de jefe de estado.
Y si eso fuera poco, lo ocurrido en Culiacán mostró además ante el mundo entero la fragilidad y la claudicación del gobierno mexicano en la lucha contra las drogas.
Y es que lo hecho por el presidente López y sus estrategas de seguridad nacional al dejar libre a uno de los vástagos del ‘Chapo’ es tanto como si el gobierno de Estados Unidos hubiera soltado al terrorista más buscado de este planeta.
Si ésta va a ser la tónica en la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico para pacificar el país no sólo seguiremos observando a un Estado fallido y sometido ante los criminales sino que  habremos perdido la batalla y también la guerra.
Por lo pronto el gobierno de López Obrador ya sentó un precedente. Al tiempo.