Inicio Testigo Fiel Reforma electoral, en el peor momento

Reforma electoral, en el peor momento

876
0

Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Reforma electoral, en el peor momento

La propuesta de reforma electoral anunciada ayer por Andrés Manuel López Obrador prácticamente podríamos atrevernos a decir que nació muerta y en el peor momento.

Si ya existe un precedente con la tan llevada y traída reforma eléctrica que fue desechada por los partidos de oposición en la Cámara de Diputados, la fatalidad de la nueva normatividad electoral será la misma.

Y eso lo saben y lo tienen muy claro, Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena pues no reúnen los votos suficientes en San Lázaro para aprobar reformas en materia constitucional.

Y no solo eso, sino que, a raíz del rechazo a la ley eléctrica, las relaciones, si es que las hubo, entre el gobierno y el bloque opositor formado por los partidos, PRI, PAN, PRD y MC se polarizaron debido al linchamiento que desataron contra diputados a quienes tacharon de traidores a la patria.

En medio de ese clima de crispación en el que ni el secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, como encargado de la política interna del país, se ha atrevido a meter las manos para distender los ánimos, el inquilino de Palacio Nacional anuncia que enviará al Congreso de la Unión su propuesta de reforma electoral.

Una iniciativa que en el peor momento de los casos y en víspera de elecciones en 6 estados de la república, vendría a complicar el escenario político-electoral por la división que existe en el país entre dos bandos que se encuentran sumamente polarizados.

Pero no solo eso, el ingrediente que añade López Obrador a su propuesta electoral deja sin efecto cualquier posibilidad para que los diputados de oposición le den ‘luz verde’.

Por ejemplo, que desaparezca el INE y sea reemplazado por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas.

Que los consejeros y magistrados electorales sean electos mediante voto popular y que ya no existan organismos públicos locales electorales y tribunales electorales.

Además, la eliminación de las diputaciones plurinominales y reducción del número de legisladores federales y locales, pasando la Cámara de Diputados a 300 diputaciones y la Cámara de Senadores a 96 senadurías

Así también la reducción de los integrantes de los ayuntamientos en los municipios con un límite de hasta 9 regidurías.

Y, por si fuera poco, la desaparición del financiamiento público ordinario de partidos políticos nacionales y locales.

Con estas aristas, todo hace indicar que la reforma electoral de AMLO, no pasará. Doble contra sencillo.