Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Al carajo Morena
Tal como lo advertí en este espacio, Andrés Manuel López Obrador, a su muy estilo de decir las cosas, estaría a punto de mandar al carajo al partido político que lo llevó a la presidencia de la república.
Las pugnas internas que vive Morena por la renovación de la dirigencia nacional y los actos de deshonestidad al interior del gobierno de AMLO tienen prácticamente desquiciado al tabasqueño.
Y no es para menos, durante las recientes asambleas para la elección de consejeros morenistas por lo menos en seis estados se suscitaron actos de violencia, entre ellos Tabasco, la tierra y agua del llamado ‘mesías’ tropical.
A eso habría que sumarle las trampas que utilizaron al viejo estilo de las prácticas políticas como en el acarreo y la compra de votos. Lo que tanto han criticado pues.
Que un presidente mandara al carajo al partido que lo llevó al poder sería histórico para este país.
Y no se dudaría por ningún motivo que viniendo de López Obrador esto pudiera ocurrir. No hay que olvidar su paso por el PRI y luego el PRD, partidos que cuando ya no sirvieron a sus intereses los mandó a volar para crear uno nuevo.
A todo eso hay que sumarle lo que ocurre en su gobierno donde hasta sus colaboradores han caído en actos se deshonestidad.
Por eso la investigación que la Secretaria de la Función Pública (SFP), realiza a 10 superdelegados acusados de actos de corrupción cuando se supone es de lo que no está manchada su administración.
Pareciera que al originario de Macuspana no le han salido bien las cosas a casi un año de haber asumido el poder.
Los conflictos por el control del partido con miras a las elecciones de 2021 y 2024 podrían llevar a este instituto político a una debacle electoral ya sin el apoyo del presidente.
Y no sólo eso, ya sin AMLO en las boletas, Morena, se convertiría en un ‘ave de paso’ como ha dicho el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.
Cómo ocurría en el PRD en tiempos de López Obrador, la historia vuelve a repetirse, sólo que ahora en Morena: No hay peor enemigo de un morenista que otro morenista. Y eso el tabasqueño lo sabe.
