El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió abruptamente a su asesor de seguridad nacional John Bolton, debido a numerosos desacuerdos políticos con el funcionario sobre cómo manejar desafíos de política exterior como Corea del Norte, Irán, Afganistán y Rusia.
“Le informé anoche a John Bolton que sus servicios ya no son necesarios en la Casa Blanca. Discrepé fuertemente con muchas de sus sugerencias, así como otros en la administración”, afirmó Trump vía Twitter, agregando que nombraría un reemplazante la próxima semana.
Bolton, de línea dura en política exterior y el tercer asesor de seguridad nacional de Trump, presionó al mandatario para tener una línea dura en temas como Corea del Norte. Un arquitecto de la fuerte postura del mandatario contra Irán, Bolton también abogó por un enfoque más fuerte sobre Rusia y Afganistán.
El funcionario de 70 años, que llegó al puesto en abril del 2018 en reemplazo de H.R. McMaster, en algunas oportunidades tuvo encontrones con el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Ofreciendo una visión diferente al tema que el presidente, Bolton tuiteó: “Ofrecí renunciar anoche y el Presidente Trump dijo, ‘Hablemos de eso mañana’”.
Trump bromeó algunas veces con la imagen belicistas de Bolton, y según reportes dijo en una reunión en la Oficina Oval que “John nunca ha visto una guerra que no le gusta”.
Una fuente familiarizada con la opinión de Trump dijo que Bolton tuvo varios enfrentamientos con otros actores clave en la Casa Blanca, en particular el jefe de gabinete Mick Mulvaney.
“No juega bajo las reglas”, aseguró la fuente. “Es una especie de operador deshonesto”.
Durante su paso por el Departamento de Estado bajo la administración del expresidente republicano George W. Bush, Bolton mantuvo una granada de mano desactivada en su escritorio. Sus memorias de 2007: Rendirse no es una opción”.
La portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, afirmó que “muchos, muchos problemas” llevaron a que Trump decidiera pedirle la renuncia a Bolton. No quiso dar más detalles. (Reuters).