Inicio Testigo Fiel Todavía podría venir lo peor

Todavía podría venir lo peor

870
0
Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Todavía podría venir lo peor
La declaratoria de emergencia nacional por la pandemia del coronavirus, con la que se ampliaron hasta el 30 de abril las actividades no esenciales en el sector público y privado, debe ir acompañada de un plan de rescate económico de apoyo a las empresas y la base trabajadora.
El panorama para México y los mexicanos, hay que decirlo, hasta hoy luce sombrío, derivado del debilitamiento de nuestra moneda, no sólo por el coronavirus, sino por la caída en los precios del petróleo.
Y es que la actividad económica, la que genera el grueso de los empleos formales, entrará en este mes que inicia en una fase de parálisis, por la emergencia sanitaria que obligará al sector patronal del país a cerrar las puertas de sus negocios, o como se dice coloquialmente, bajar la cortina.
Los efectos del Covid-19 no sólo han ‘enfermado’ nuestra economía, sino que, de no haber medidas emergentes de ayuda para el sector productivo del país, podría caer en ‘terapia intensiva’.
Sin un programa de contingencia económica por parte del presidente, Andrés Manuel López Obrador, como lo advirtió el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) el Producto Interno Bruto (PIB) caería hasta un 3.1% en este 2020.
Aunque el descalabro podría ser de hasta un 5.7% al cierre de este año si los sectores industrial y de servicios se paralizan entre 30 y 45 días, cómo ya está ocurriendo,  y sin un programa de reactivación económica integral.
Ante este escenario, se calcula que podrían perderse casi un millón de empleos formales en México; el consumo privado caería hasta un 2.4%, el tipo de cambio llegaría a 28.35 pesos por dólar y la inflación alcanzaría el 4.8%.
No es que este columnista sea pesimista, pero si desde un inicio se advirtió de los efectos que podría provocar la pandemia del coronavirus en la salud de todos y no se actuó a tiempo, lo mismo podría pasar con nuestra trastocada economía que, hoy por hoy, urge sea atendida.
El saldo puede ser devastador, por dónde se le quiera ver y la recuperación todavía más tardía, vamos no alcanzaría ni lo que resta del sexenio. Ni crecimiento ni desarrollo, como tampoco se ha visto en casi año y medio de gobierno de la llamada Cuarta Transformación.