Franja Sur René Alberto López En medio de la polémica derivada de los resultados de la elección del municipio de Centro, los empresarios tabasqueños, de manera imprudente, tomaron partido y en vez de asumir una postura imparcial, se sumaron a las voces del oficialismo. La prensa ha destacado, por ejemplo, las expresiones de José Luis Dagdug, dirigente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC); de Guillermo Alday Velez, del Colegio de Ingenieros Civiles, de Agustín Rodríguez, del Colegio de Arquitectos. Además, de Oliver Falcón Morales, de la Asociación Ganadera Local de Centro; de Héctor Dagdug Rangel, de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), entre otros muchos más, algunos hasta firmaron un desplegado. Es la misma película de toda elección, es parte del librito arcaico, desgastado. Vea usted: cuando el PRI gobernaba el estado, salían en defensa de los priistas, ahora lo hacen en favor de los perredistas, precisamente del partido que antes avasallaban junto con el gobierno en turno. Se estila que el secretario de Gobierno les cruza una llamada a los líderes empresariales y les piden apoyar al gobernador, y así de fácil salen uniformaditos a dar una postura, casualmente, similar a la de las autoridades estatales. Sus palabras no son distintas a las del gobierno, pues dicen que “hay que darle vuelta a la hoja”, que “para ellos la elección ya concluyó”, y piden que se pongan todos a trabajar, sin el mínimo respeto para los candidatos que, con la ley en la mano, alegan se limpie la elección. Tal vez ignoren los empresarios de Tabasco las leyes electorales o únicamente hablan por defender sus intereses, pero hay que decirles que el Compendio Electoral del Estado de Tabasco, en su página 291 tiene prevista la parte que se denomina: “Ley de Medios de Impugnación en Materia Electoral del estado de Tabasco”. Y, además, hay un Tribunal Electoral, precisamente para resolver las controversias que surjan en los procesos electorales, por eso es criticable que salgan a manifestar con toda ligereza “ya concluyó la elección”, cuando la propia ley ofrece las herramientas para proteger los derechos políticos de aquellos ciudadanos que se consideren agraviados. Es un derecho, pues, que tienen los candidatos. Pero tienen razón los empresarios tabasqueños, hay que entenderlos, la economía en esta región del país gira en torno al gobierno del estado. ¡Ay de aquel empresarios que no esté bien con el gobierno!, simple y sencillamente tendría que bajar las cortinas. No es ninguna sorpresa la postura asumida por los llamados hombres de negocios de Tabasco, pero es deplorable que aún no haya un cambio de actitud en ese sector y sigan siendo comparsa de los gobiernos en turno. Sucede que están defendiendo la chuleta, porque no han sabido abrirse otros mercados, que salieron a respaldar sólo sus intereses, aunque sus voces afecten a otros sectores y el buen rumbo de la democracia. Este término les importa un comino. Pero reitero, hay que entenderlos, porque no es fácil criticar al poder en turno, sobre todo cuando se vive del presupuesto estatal, para eso se necesita decisión, convicción y sobre todo dignidad. Está escrito en la historia que las grandes transformaciones y luchas no son para los débiles, para los timoratos, así de simple. El futuro de Evaristo No hay político muerto. No son pocos los que ya le están extendiendo el acta de defunción al candidato del PRI, Evaristo Hernández Cruz, pero éste tiene al menos tres caminos enfrente. En caso de anularse los comicios, pues tendrá la oportunidad de volver a competir por la alcaldía de Centro. Pero en el supuesto que no se de este escenario, entonces el ex presidente municipal tiene todavía dos caminos: Uno de estos es el que se dice en las calles, que puede negociar con el gobierno estatal, para que le devuelvan parte de lo que gastó en su campaña. En realidad, ese panorama no lo compartimos, no creemos que se dé, ni que él lo proponga, porque sólo una sospechosa negociación con el gobierno perredista, ahí sí, estaría cavando su tumba política. La otra posibilidad que le queda, es asumir el liderazgo en el PRI, en los hechos, me refiero, que debe comenzar a caminar el estado para levantar al priismo. Volverse, pues, un crítico del régimen perredista, al estilo de Andrés Manuel López Obrador en sus tiempos, porque materia hay, y mucha. En estos dos años y medios del gobierno del cambio ha hecho falta una voz crítica de verdad del principal partido de oposición. Una voz contundente, que se escuche fuerte. Es lo que, precisamente, le sugerimos en esta espacio a Jesús Alí de la Torres, después de las elecciones de 2012, para cogobernar el estado desde la oposición, pero prefirió irse al Distrito Federal a trabajar a la Sedesol. Si se hubiese posicionado del partido, la dirigencia nacional no lo hubiera relegado como lo hizo. Si no lo hace Evaristo y se guarda, entonces quienes operaron en contra de él en esta elección, le harán saca aceite dentro de tres años. Pero si se posiciona en el priismo, partido al que le hace falta un dirigente con carácter, y él lo tiene, para ser un permanente crítico de todos los errores del régimen perredista, no habrá Gina Trujillo, ni nadie que le quite su espacio en el 2018.
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