Seis candidatos electos fueron asesinados antes de tomar posesión de sus cargos en el proceso electoral de 2024, marcado como uno de los más violentos en la historia reciente del país. Los homicidios ocurrieron tras la jornada electoral y en medio del proceso de impugnaciones y entrega de constancias, según un informe del proyecto Laboratorio Electoral.
Yonis Atenógenes Baños Bustos, candidato del PRI a la presidencia municipal de Santo Domingo Armenta, Oaxaca, fue asesinado el 3 de junio en su casa de campaña. Baños Bustos había sido señalado como el virtual ganador tras los conteos preliminares.
En Jacona, Michoacán, Mario Lázaro Mendoza, regidor suplente electo por la coalición Morena-PT-PVEM, fue atacado por hombres armados el 8 de junio, una semana después de las elecciones.
El 17 de junio, Salvador Villalva Flores, alcalde electo de Copala, Guerrero, fue ejecutado mientras viajaba en un autobús sobre la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional, luego de haber estado en la Ciudad de México para preparar el inicio de su administración.
Israel Cruz Carrisoza, regidor electo de Tultepec, Estado de México, fue asesinado el 17 de agosto en un local comercial en la comunidad de La Cantera.
Armando Solís Guzmán, quien había ganado un escaño plurinominal por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en Veracruz, fue secuestrado el 14 de agosto y encontrado sin vida cinco días después.
El caso más mediático fue el de Héctor Melesio Cuén Ojeda, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y diputado federal electo por la coalición PRI-PAN-PRD. Cuén Ojeda fue asesinado el 25 de julio. Las investigaciones sobre su homicidio estuvieron plagadas de irregularidades, lo que llevó a la Fiscalía General de la República (FGR) a asumir el caso. Se presume que fue ejecutado en la misma propiedad donde estuvo retenido Ismael “El Mayo” Zambada antes de su traslado a Estados Unidos.
Este proceso electoral, con la renovación de más de 20 mil cargos públicos, incluyó la presidencia de la República, el Congreso de la Unión, nueve gubernaturas, incluida la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y cientos de gobiernos municipales. A pesar de su importancia histórica por el número de puestos en juego, también dejó un rastro de violencia sin precedentes.
De acuerdo con el informe del Laboratorio Electoral, entre junio de 2023 y la jornada electoral del 2 de junio de 2024, un total de 41 aspirantes, precandidatos y candidatos fueron asesinados en todo el país, destacando la creciente inseguridad que ha marcado el panorama político en México. (Más / IA).