La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tenía conocimiento desde hace años sobre el reclutamiento de estudiantes y profesores de química por parte del Cártel de Sinaloa para la fabricación de precursores químicos y la síntesis de fentanilo, según documentos de inteligencia filtrados en 2022 por el colectivo Guacamaya. Sin embargo, autoridades como la presidenta Claudia Sheinbaum han negado contar con información al respecto, minimizando la gravedad del fenómeno.
“No tenemos información”, aseguró Sheinbaum en respuesta a la investigación publicada por el periódico estadounidense The New York Times, en la que se detalla cómo el Cártel de Sinaloa ha recurrido a la captación de talento académico para mantener la producción de drogas sintéticas a pesar de las restricciones globales a la importación de precursores químicos.
La filtración de documentos de la Sedena incluye un informe de la Guardia Nacional en el que se explica que, tras las complicaciones en la red de suministro de precursores derivadas de la pandemia de covid-19, el Cártel de Sinaloa implementó un proceso de innovación en ingeniería química para desarrollar precursores desde cero. Esto les permitió mantener la calidad de su producto, comparable al de laboratorios chinos, al tiempo que comenzaron a reclutar a especialistas universitarios en química.
El informe detalla que, ante la negativa de algunos estudiantes a colaborar, estos eran ejecutados. Uno de los casos más emblemáticos fue el asesinato en mayo de 2021 de un estudiante de 24 años de la Universidad Autónoma de Baja California en Tijuana, quien presuntamente se negó a trabajar para el cártel.
La estrategia de captación incluye ofertas económicas que oscilan entre los 800 y 1,000 dólares mensuales para estudiantes, mientras que a los especialistas les ofrecían entre 10,000 y 18,000 dólares mensuales, de acuerdo con reportes previos.
En 2020, la Fiscalía General de la República (FGR) desarticuló una red encabezada por Salvador C., ingeniero químico egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien dirigía un laboratorio clandestino en Iztapalapa. En el operativo se incautaron materiales para sintetizar fentanilo, una libreta con fórmulas químicas y una lista de proveedores internacionales, entre ellos contactos en Hong Kong.
El informe también describe la sofisticación operativa del Cártel de Sinaloa, que ha logrado establecer redes internacionales para el suministro de insumos químicos, empleando rutas como Yokohama, Japón, y Ensenada, Baja California.
A pesar de las evidencias, figuras como el senador Ricardo Monreal han rechazado los señalamientos sobre el reclutamiento de químicos por parte del crimen organizado. “No le creo a ningún periódico extranjero”, afirmó, refiriéndose a la publicación del New York Times.
El reclutamiento de químicos por parte del crimen organizado representa un desafío para las autoridades mexicanas, que enfrentan la sofisticación técnica y la capacidad de adaptación de los cárteles. Los documentos filtrados exponen la falta de una estrategia efectiva para combatir esta modalidad delictiva, así como las consecuencias mortales para quienes se resisten a colaborar. (Más/IA).