Testigo fiel
Por: Jesús Torres
¿Regresar a las aulas?
Ubicado en el cuarto lugar por muertes de Covid-19 en el mundo y en la cresta de la tercera ola de contagios por la pandemia, México alista el regreso a clases presenciales para poco más de 30 millones de estudiantes en las próximas dos semanas.
Al inquilino de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador poco o nada le ha importado poner en riesgo la vida de los menores de edad, quienes en estos momentos se han convertido en el sector más vulnerable de la población por no contar con vacunas para su protección pese al avance de la variante Delta.
Las cifras más recientes, de acuerdo con la Secretaría de Salud dados a conocer por el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) dan cuenta de 60 mil 929 casos de niños y adolescentes contagiados por el SARS-CoV-2, de los cuales 613 han perdido la vida.
Pero según el gobierno de López Obrador, no hay en el mundo evidencia de contagios en menores de edad por el mortal virus. Apenas el viernes de la semana pasada sostuvo que se deben correr ciertos riesgos ante el regreso a clases.
Aunque en este retorno, quieren obligar a los padres de familias a firmar una carta compromiso donde reconozcan los riesgos que corren sus hijos a contagiarse.
El regreso a las aulas estaría dándose cuando México ocupa el cuarto lugar en el mundo por muertes de Covid-19 y el quinto entre los países del continente americano con registros que han alcanzado cifras récords en últimas fechas.
Hasta el sábado el país sumaba más de 248 mil decesos y 3 millones de casos desde que inició la pandemia.
Según estudios, el sector más afectado en estos momentos es el de menores de 18 años, sobre todo la población obesa infantil, que padecen enfermedades crónicas o cáncer. Son quienes presentarían cuadros más graves de la enfermedad y con mayor probabilidad de hospitalización.
A todo ello, habría que sumarle los más de 131 mil niños y niñas que han quedado huérfanos al perder a sus padres a causa del Covid-19 según reveló un estudio de la Universidad de Oxford, publicado en The Lancet.
No se trata sólo de regresar a clases por capricho, detrás debe existir todo el apoyo del Estado, el compromiso de los padres y las instituciones educativas, públicas y privadas para salvaguardar la vida de las futuras generaciones.
