Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Reforma electoral está muerta
La contención que han hecho los partidos de oposición a la reforma electoral de Andrés Manuel López Obrador, como aquí se ha repetido tantas veces, no habla de otra cosa que de una propuesta legislativa que nació muerta.
La intentona de desaparecer el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y apoderarse de estos órganos autónomos ciudadanos, fue el clavo que sepultó desde un inicio la iniciativa del inquilino de Palacio Nacional.
Ayer martes se tenía programado que la reforma de AMLO bajara al pleno para su discusión, aún y con la advertencia de los partidos, PRI, PAN, PRD y MC, de votar en contra.
Sabedores que no cuentan con las dos terceras partes de los diputados, Morena decidió postergar una semana más la propuesta en materia electoral, aunque trascendió que el aplazamiento se debió a inconformidades de sus aliados del PVEM y PT.
Lo cierto es que ni con el anunciado ‘plan b’ de López Obrador, los legisladores morenistas podrán meter mano la Constitución para hacer cambios en la elección de consejeros del INE, la designación de magistrados del TEPJF o reducir el número de diputados en San Lázaro.
La condena a esta reforma electoral fue lo que motivó que el pasado 13 de noviembre cientos de miles de ciudadanos marcharan en la Ciudad de México y el país entero en defensa de la democracia y la independencia de los órganos electorales.
Uno de los efectos inmediatos fue la reactivación de la alianza legislativa y electoral formada por los partidos PRI,PAN y PRD quienes refrendaron su postura de ir en contra de la iniciativa del tabasqueño.
Ayer mismo, el grupo parlamentario del PRI y su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas enviaron un mensaje a Morena y sus aliados.
“El día que sea, la semana que sea y a la hora que sea” votaremos en contra del dictamen de reforma electoral”.
Esto en respuesta al anunció del jefe de la bancada morenista, Ignacio Mier de alargar una semana más el análisis de la iniciativa obradorista.
De acuerdo con el PRI la reforma electoral de AMLO es centralista, no dice cómo combatir al narcotráfico interviniendo en las elecciones y no resuelve asuntos torales como son las acciones afirmativas y de género.
Pero además no es un asunto de urgente resolución cuando en el país hay temas que merecen todo el enfoque y acciones del Ejecutivo federal como la inseguridad, la salud y la educación.
