México temía una verdadera catástrofe por el azote del huracán Patricia, el más poderoso desde que hay registros, pero apenas causó daños.
La barrera natural de la Sierra Madre Occidental, su cruce con una depresión barométrica y la prevención fueron claves para evitar daños mayores, estiman expertos.
Hasta el momento, las autoridades no han reportado muertos ni heridos por el monstruoso huracán de categoría 5 que tocó tierra la tarde del viernes en Jalisco con vientos de 270 km/h.
Apenas 250 casas quedaron afectadas por inundaciones y unas decenas fueron destruidas, mientras hubo algunos deslaves en carreteras y árboles caídos.
Pero, si los expertos habían advertido que Patricia era incluso más intenso que el tifón Haiyan, que devastó Filipinas en 2013 y dejó más de 7,350 muertos y desaparecidos, ¿por qué México se mantuvo incólume a su paso?
«La naturaleza fue bondadosa, hizo que el huracán se introdujera a la montaña», resumió este sábado el secretario de Comunicaciones y Transportes de México, Gerardo Ruiz Esparza, en una rueda de prensa.
La interacción de Patricia con una vaguada, una línea de presión baja que se extendía del norte al oeste del país, se llevó parte de su nubosidad y «aceleró el movimiento del ciclón hacia el noreste», desviándolo hacia la Sierra Madre Occidental, dijo el presidente de la Organización Mexicana de Meteorólogos (Ommac), Leodegario Sansón.
Esto hizo que los vientos fuertes no pasaran de la costa y que, prácticamente en seis horas, el fenómeno disminuyera su potencia desde el récord de 325 km/h hasta los 160 km/h, siendo actualmente ya una baja remanente.
Además, Patricia tenía una área pequeña y «muy concentrada» de vientos máximos con un radio de 50 km frente a los 300 km de radio que tuvieron los fuertes vientos del huracán Gilberto en 1988, que destrozó el balneario de Cancún y dejó unos 200 muertos, añadió el experto.
Otro factor que favoreció que no hubiera pérdidas humanas fue la baja población en la zona costera de Jalisco y Colima y la evacuación a tiempo de locales y extranjeros de zonas turísticas como Puerto Vallarta.
«Las condiciones de un país como Filipinas y México son muy diferentes. Ahí había mucha gente viviendo arremolinados cerca de la costa y se los llevó el huracán. Acá, desde luego, hay más orden en cuanto a la vivienda y hubo una buena información», estimó el meteorólogo del Sistema Meteorológico Nacional (SMN) Jaime Albarrán Ascencio.
«La población respondió, los hoteleros respondieron, la navegación respondió (…) Sin haber sobredimensionado el huracán, lo cierto es que los peores augurios quedaron rebatidos.
A la espera de nuevos balances oficiales sobre los posibles efectos de inundaciones, los más fervorosos creerán que la etiqueta #PrayforMexico —convertida en Trending Topic mundial— también pudo haber tenido su efecto bondadoso en tierras aztecas. (CNNMéxico)