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¿Qué falló en la seguridad de Carlos Manzo?

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Testigo fiel
Por: Jesús Torres
¿Qué falló en la seguridad de Carlos Manzo?

¿Que falló en materia de seguridad tras el asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán Carlos Manzo?

Aunque autoridades del gobierno federal han pretendido repartir culpas recurriendo al pasado y acusar que el asunto busca politizarse, la realidad es que todas las medidas de seguridad fracasaron al consumarse el crimen del alcalde michoacano.

Lo peor de todo es que este asesinato socava la confianza ciudadana en el Estado y su capacidad para garantizar la seguridad de quienes ejercen la función pública. La irritación social y las protestas no han sido un asunto fortuito.

Aunque el alcalde había mencionado que contaba con escoltas y protección, el homicidio ocurrió en un acto público, lo que puso en evidencia graves fallas en los protocolos de seguridad la noche del 1 de noviembre durante la celebración del Festival de las Velas — un evento multitudinario por el Día de Muertos — en pleno centro histórico del municipio.

Entre las principales fallas identificadas destacan la vulnerabilidad del entorno y del evento público donde perdió la vida el edil.

Es decir, el protocolo de seguridad debería haber implicado un perímetro mayor, el control de accesos y el reforzamiento de la vigilancia en puntos de gran concentración. Su ausencia permitió que el agresor o los agresores accedieran a poca distancia como se vio en los videos que dio a conocer la Fiscalía de Michoacán.

Aunque los escoltas del alcalde repelieron el ataque, no se logró evitar que Manzo recibiera los impactos de balas que le segaron la vida.

Se observó además una protección insuficiente adaptada al nivel de amenaza que había denunciado el munícipe dado que Uruapan es una región marcada por la presencia de grupos del crimen organizado, particularmente vinculados al negocio del aguacate, rutas de tráfico y poder territorial.

El edil había incluso señalado públicamente la presencia de armas de uso exclusivo del Ejército, campamentos de adiestramiento y amenazas directas contra su persona.

Según el gobierno federal sí había asignación de protección desde diciembre de 2024 y un reforzamiento en mayo de 2025. Sin embargo, la protección no logró impedir el ataque.

Que el hecho ocurriera en un evento público sugiere que la preparación de los agresores contó con tiempo y que las fuerzas de seguridad no lograron anticiparlo.

Lo que significa que los mecanismos de vigilancia, incluidas cámaras, análisis de amenazas, patrullaje preventivo y de cierre de posibles zonas de ataque no funcionaron de manera eficaz.

Por otro lado la integración de los esquemas de integración, municipal, estatal y federal, no parece haber generado un blindaje eficaz al alcalde el día que ocurrieron los hechos.

En resumen, falló todo, no fue suficiente y por eso mataron a Carlos Manzo.