Testigo fiel
Por sus redes los conoceréis
Por: Jesús Torres
Si queremos pulsar el rechazo que existe hacia los políticos en estos tiempos de la antesala electoral solo basta echar una mirada a las redes sociales para enterarnos de la percepción que hoy se tiene de quienes buscan un cargo de elección popular.
El hartazgo es tal que la mayoría de las veces los comentarios hacia quienes han manifestado sus aspiraciones rayan en lo soez y ello no sólo ocurre en Tabasco, sino a nivel nacional. No hay pues quien se salve de esta vorágine en la que hoy se ha convertido la red social.
En este devenir mucha de la culpa también la tienen los actores políticos que han privilegiado, no el debate y la propuesta de ideas, sino la confrontación y los dimes y diretes contra sus adversarios para ser tomados en cuenta y mantenerse en la palestra de la escena político-electoral que día a día alimenta las redes sociales.
Si hoy por hoy la mayor parte de los políticos que aspiran a un cargo en las elecciones de 2018 han visto en las diversas plataformas digitales un escaparate idóneo para promocionarse también éstas le han servido para medir la percepción que los electores tienen hoy de su trayectoria o si de plano ni siquiera son conocidos.
Son contados los que en víspera de que sus partidos tomen la decisión de elegir candidatos de aquí a principios de enero del próximo año han utilizado las redes sociales para difundir sus propuestas, su trabajo y lo que han hecho por su estado en el caso de Tabasco.
El riesgo es que si la polarización de la política continúa prevaleciendo desde la web lo que se espera para el 2018 podría derivar en una confrontación que rayaría en actos violentos en esta lucha por el poder en los ámbitos local y nacional.
No está demás que desde ahora los órganos electorales y los diversos niveles de gobiernos comiencen a exhortar a la de ya a los partidos y a los políticos a ser difusores de los valores cívicos y fomentar el debate que construya no el que aniquila y que divide. Se está a tiempo, no es conveniente esperar que el río se desborde, se salga de control y corra sangre. Es por el bien de Tabasco y de México.
