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Política del lodazal

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Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Política del lodazal
Olvidado de su investidura, Andrés Manuel López Obrador decidió meterse en el lodazal de la política en un enfrentamiento directo con el panista, Ricardo Anaya, su acérrimo adversario en la disputa electoral por la presidencia de la república en 2018.
El tabasqueño como ya es su costumbre, no ha sabido guardar la compostura por lo que representa para la mayoría de los mexicanos, al contrario, un día si y el otro también se coloca los guantes para ‘golpear’ a sus críticos, llámense políticos, empresarios, periodistas, padres de niños con cáncer, feministas, y quien se le ponga enfrente.
El pleito con Ricardo Anaya lo trae desde que compitieron en la arena electoral hace tres años, los calificativos iban y venían de ambos bandos. Una etapa por lo visto aún no superada.
Ahora con el poder a su favor, López Obrador pretende sacarse la espina que todavía trae enterrada del panista.
Y es que las arremetidas que le ha dado el ex candidato presidencial a AMLO en una serie de videos compartidos en sus redes sociales prácticamente lo traen loco.
Y como era de esperarse, sin importar los niveles entre uno y otro, el originario de Macuspana se remangó la camisa y se aventó al lodo para atacar a su oponente.
Desde Veracruz López Obrador acusó a Anaya de ser ‘chueco’ e ‘hipócrita’, calificativos que son parte de su acervo cultural cuando se sube al ring de las mañaneras.
Así como los que utiliza para estigmatizar a medios de comunicación cuando los tacha de ‘prensa inmunda’ ‘hampas del periodismo’ ‘fantoches’, pasquines chayoteros, prensa fifí, sólo por citar algunos.
Cada vez que AMLO recurre al enfrentamiento como si fuera un dirigente partidista lleva las de perder, y con Ricardo Anaya no ha sido la excepción.
Ha mantenido al panista en el centro del debate ante la opinión pública y lo ha martirizado mediante la politización de la justicia.
Si las acusaciones de la FGR contra Anaya resultan infundadas, como parece verse, sólo para ‘acalambrarlo’ en su aspiración de 2024, quienes pierden son López Obrador y su partido Morena.
Y de paso los mexicanos, quienes una vez más fueron espectadores de la política arrabalera que se practica en este país cuando existe una emergencia sanitaria sin resolver, la creciente inseguridad y una crisis económica que ha dejado millones de pobres.