Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Periodismo de luto, una vez más
El pasado fin de semana fue asesinado el periodista chiapaneco, Víctor Culebro Morales, director del portal de noticias ‘Realidades’.
Su homicidio viene a sumarse a los 44 crímenes registrados contra periodistas en el país en lo que va de este sexenio y a los 157 desde el año 2000 según el recuento de la organización internacional Artículo 19.
Con Víctor Culebro ya son tres los periodistas ultimados en Chiapas, el de Mario Gómez en septiembre de 2018 en el municipio de Yajalón y de Fredy López Arévalo en San Cristóbal de las Casas en el 2021, estos últimos continúan en la impunidad.
El viernes pasado el cuerpo sin vida del reportero Víctor Culebro fue hallado a orilla de carretera a la altura del ejido Tierra y Libertad, en el municipio de Jiquipilas, Chiapas.
Tenía el rostro cubierto, con varios impactos de bala, las manos atadas y signos de tortura según imágenes publicadas en diversos portales de noticias.
De acuerdo con un informe de Artículo 19, organización que vela por la seguridad de los reporteros, en Chiapas desde el año pasado la violencia ha ido en ascenso y ha perpetuado el miedo y la autocensura.
“Los periodistas en Chiapas siguen cubriendo la actualidad, pero sin reportar la violencia que sufren por temor a represalias”, apunta el informe.
Y es que tras el reciente acto de violencia que ha golpeado al periodismo en México y Chiapas en particular, organizaciones de comunicadores chiapanecos demandaron medidas precautorias a los gobiernos estatal y federal para quienes ejercen el periodismo.
En febrero de 2023, el corresponsal de W Radio en Chiapas, Cheché Torres declaró al periódico El País que “ser periodista es ser invisible, es disparar con una cámara, la única aliada en esta labor que se hace en la frontera sur; es también salir a las calles sin saber si hay regreso a casa”.
Artículo 19 ha advertido que México sigue siendo uno de los países del mundo más letales para ejercer el periodismo incluso superando a aquellos que sufren conflictos armados o regímenes autoritarios.
Sus estadísticas muestran que cada 13 horas se registra un ataque contra la prensa en México, desde amenazas, agresiones, robos de equipos, acoso judicial, campañas de desprestigio hasta hechos brutales como secuestros y asesinatos.
Por si fuera poco ha documentado que el 98% de los crímenes de periodistas se mantiene en la impunidad. El periodismo en México está de luto una vez más.