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Pemex, una bomba de tiempo

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Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Pemex, una bomba de tiempo
El incendio registrado el viernes en un ducto submarino de Pemex en la Sonda de Campeche puso al descubierto una vez más el grave deterioro de las instalaciones petroleras y el riesgo que representa esta actividad no sólo para la vida humana sino el medio ambiente.
Una bomba de tiempo en toda la extensión de la palabra.
Este incidente se suma a otros tantos, incluso con consecuencias fatales, como ha ocurrido en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Aún se recuerda la tragedia por robo de combustible, la peor en la historia de México, al explotar un ducto de la paraestatal en Hidalgo a principios de 2019 donde perecieron 93 personas.
En 2020 en Nuevo León la refinería de Cadereyta reportó un incidente que dejó 5 personas heridas con lesiones graves.
No por nada en el último tramo del año pasado Pemex sufrió la peor debacle operativa al grado de llegar a una producción diaria de 1.6 millones de barriles, la más baja en 40 años.
En abril de 2021, la paraestatal confirmó un saldo de siete heridos tras la explosión de una bomba de transferencia dentro de la refinería de Lázaro Cárdenas, en Minatitlán, Veracruz.
Por esas fechas, en la petroquímica de Pajaritos, en Coatzacoalcos otra conflagración obligó la evacuación de 200 trabajadores, la planta que cinco años atrás por un hecho similar había dejado 13 muertos y 136 heridos.
Debido al incendio, Pajaritos permaneció varias semanas fuera de operación dejando de procesar 285 mil barriles diarios de crudo.
Hasta donde se sabe las refinerías en México tienen una edad aproximada entre 41 y 90 años, una antigüedad aparejada con un nivel de riesgo elevado latente.
Un diagnóstico difundido en medios nacionales, a raíz del incendio en la Sonda de Campeche, destacó que existen 432 fallas graves en la Región Marina Noreste de Pemex, la de mayor producción de hidrocarburo en el país.
De no atenderse en lo inmediato estaría poniéndose en riesgo la vida de los propios trabajadores y por tanto el medio ambiente.
Al deterioro de sus instalaciones, hay que decirlo también, se suma el financiero, al alcanzar Pemex este 2021 una deuda de 113 mil 200 millones de dólares.
No por nada es la empresa petrolera con mayores pasivos en el mundo. ¿Está es la Cuarta Transformación de la que tanto presumen? Ya sólo les quedan tres años para irse.