“Llevamos 19 días de que Carlos Loret de Mola hizo visible lo que pasa en este gobierno, 19 días y no se ha podido abordar en este Senado uno de los tantos puntos de acuerdo que hay. Por supuesto que ustedes van a seguir haciendo maromas para que no se toquen (..) Exigimos que haya sensatez en el pleno del senado y que el primer punto sea la corrupción de la familia de López obrador”, dijo la panista Kenia López.
Aunque la presidenta del Pleno del Senado, Olga Sánchez Cordero, dijo que se había acordado era discutir primero la Miscelánea, los legisladores del PAN tomaron la tribuna y no dejaron que ningún senador tomara la palabra.
Ante ello, Sánchez Cordero pidió orden y respeto, pero ni así se quitaron los panistas, por lo que pidió un receso y solicitó a los coordinadores de las bancadas reunirse para acordar cómo se realizará la sesión de hoy.
Los senadores del PAN buscan presentar un punto de acuerdo para solicitar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), a la Fiscalía General de la República (FGR), a la Secretaría de la Función Pública (SFP) y a la Auditoria Superior de la Federación (ASF) realicen una investigación, en el ámbito de sus atribuciones, en torno a las casas de Texas en las que ha vivido el hijo del mandatario federal que “puede constituir los delitos de conflicto de interés, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, asociación delictuosa y cohecho”.
“Delitos que por su naturaleza deben ser investigados de oficios y son urgentes de resolver. Asimismo, se investigue qué otros pagos, favores o contraprestaciones han recibido de la empresa Baker Hughes o de alguna otra empresa beneficiada por Pemex y el gobierno federal”, señala el punto de acuerdo.
El documento dice que más allá del lujo en el que vivieron José Ramón López Beltrán y su esposa, esta propiedad era de Kelth Schilling, un ejecutivo de Baker Hughes, empresa con la que el gobierno mexicano mantiene contratos vigentes por más de 151 millones de dólares.
“Si a todo lo anterior agregamos el hecho de que el hijo del presidente, a quien no se le conoce empleo o negocio relevante alguno, se mueve en una camioneta marca Mercedes Benz con valor aproximado de 1.5 millones de pesos, resulta evidente que la probabilidad de que los bienes de que ha venido disfrutando provengan de la malversación de recursos públicos y/o del tráfico de influencias”, menciona el punto de acuerdo. (Forbes).