Como sociedad, tenemos que revisar nuestra conducta hacia la discapacidad, no agregarle los efectos nocivos de la discriminación, enfatizó el Gobernador Arturo Núñez Jiménez al presidir la graduación de Diplomados Inclusivos en Diseño Gráfico Especializado en Arte Impreso y en Gastronomía Especializada en Garde Manger, promovidos por el DIF Tabasco e impartidos por el Instituto Bildung.
“Estoy muy contento de que el DIF se haya hecho cargo tan especialmente de este grupo vulnerable”, conformado por 16 estudiantes con discapacidad auditiva, seis con síndrome de Down y otros tres sin discapacidad, manifestó en la ceremonia a la que asistió Edgar Mauricio Acra Alva, jefe de la Unidad de Asistencia e Integración Social del DIF Nacional.
Ante la presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano del Sistema DIF Tabasco, Martha Lilia López Aguilera de Núñez, el mandatario felicitó a los egresados. “Las personas con discapacidad tienen muchas habilidades que desarrollar si les damos la oportunidad; como lo ven, ellas saben aprovechar y responder a los esfuerzos orientados a apoyarlos”, añadió en el Centro de Enseñanza de Hemofilia.
La discapacidad no invalida a las personas para desarrollarse plenamente y gozar de sus derechos humanos; en ese sentido, nuestra obligación es darle la oportunidad de que desarrollen todas sus otras capacidades, pero además, el papel de la familia es fundamental para que salgan adelante, por eso valoramos el esfuerzo que realizan los padres y madres de familia de este sector de la población, asentó.
El Gobernador Núñez agradeció el apoyo que han recibido del DIF Nacional, y particularmente del matrimonio Peña-Rivera, así como la solidaridad con Tabasco y los grupos más vulnerables.
De igual forma, solicitó el apoyo del sector empresarial para integrar a sus empresas a estos jóvenes que, con entrega y dedicación cursaron durante nueve meses sus diplomados, con la finalidad de aumentar su bienestar personal y laboral.
Como ejemplo de empresas solidarias, Núñez Jiménez citó las tres cafeterías Cafeto, donde laboran jóvenes con síndrome de Down, y el comedor del Centro de Rehabilitación y Educación Especial, donde participan personas invidentes y débiles visuales sirviendo alimentos a quienes ahí asisten.
