Estados Unidos y México están cooperando con Cuba en la investigación sobre las causas que llevaron a un Boeing 737 a estrellarse la semana pasada en La Habana, en un accidente que causó la muerte de 111 personas, informaron el martes medios locales.
El periódico estatal Granma informó que Estados Unidos ayudaría en la investigación de las autoridades cubanas debido a que la tragedia aérea involucró a una aeronave de Boeing.
México, en tanto, es sede de la empresa Global Air y su subsidiaria Aerolíneas Damojh es propietaria de la nave que el viernes se precipitó a tierra mientras cubría la ruta entre La Habana y la ciudad oriental de Holguín, en uno de los peores desastres aéreos de la historia de Cuba.
“Las autoridades cubanas aceptaron la colaboración de expertos de Estados Unidos, en calidad de Estado donde se fabricó el Boeing 737-200 siniestrado”, dijo Granma, diario del gobernante Partido Comunista.
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El avión de 1979 había sido arrendado por Cubana de Aviación a la pequeña empresa Damojh, cuyas operaciones fueron suspendidas temporalmente por orden de las autoridades mexicanas después del accidente.
Dos mujeres cubanas se mantienen en condición crítica en La Habana tras sobrevivir a la caída del avión. Se trata de la mayor tragedia aérea en la isla desde septiembre de 1989, cuando 126 personas murieron por la caída de una aeronave Ilyushin 62M cerca del aeropuerto de La Habana.
La colaboración de Estados Unidos en la pesquisa se produce en medio de fuertes tensiones entre Washington y La Habana, que se intensificaron luego de que Donald Trump llegó a la Casa Blanca y endureció las políticas de su país en torno a la isla.
Terry Williams, funcionario de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte estadounidense, dijo que un equipo técnico de Boeing también estaba dispuesto a asistir a las autoridades cubanas. Funcionarios estadounidenses viajaron el domingo a La Habana para colaborar en la pesquisa, añadió.