Testigo fiel
Por: Jesús Torres
México, lejos de la autosuficiencia energética
Si se pensaba que con la construcción de la refinería de Dos Bocas, la compra de Deer Park, ubicada en Texas, y las otras seis refinerías existentes México iba a conseguir la autosuficiencia energética durante esta administración, no es así.
No es que uno quiera que le vaya mal a este gobierno, pero con base en datos de la propia Secretaría de Energía de aquí al 2024 el país tendrá que seguir importando gasolinas y gas para poder cubrir el consumo nacional.
Lo que significa que los precios, como lo prometió López Obrador, en vez de ir para abajo, seguirán yéndose para arriba.
Y como México forma parte de un mercado globalizado, no es una isla ni mucho menos, con el conflicto bélico que existe entre Rusia y Ucrania, no sólo habrá alzas en los energéticos, como ya ocurre con el gas doméstico, sino también en los productos básicos y por tanto la inflación se irá para arriba.
Y eso lo tienen muy claro en el gobierno de la Cuarta Transformación.
Así lo confirman datos de la Secretaría de Energía quien tiene previsto que Pemex produzca 858 mil barriles diarios de gasolina, no ahorita, sino hasta el 2024, pero que siguen siendo insuficientes para cubrir el consumo nacional de 960 mil barriles previsto al cierre del sexenio.
Esto significa que todavía habrá un déficit de 102 mil barriles que tendrá que ser cubierto con importaciones de privados.
¿De qué sirvió entonces que se haya comprado la refinería Deer Park con sede en Houston, Texas, en la que desembolsaron 23 mil millones de pesos?
Según la Secretaría de Energía antes de que el gobierno de AMLO adquiriera la petrolera norteamericana el complejo ya tenía comprometido el suministro de gasolinas con otros clientes.
Deer Park, que era propiedad de la empresa Shell produce alrededor de 110 mil barriles por día de gasolina, 90 mil barriles de diésel y 25 mil de turbosina, además de otros productos.
Así que si pensaban que la gasolina costaría 10 pesos como lo prometió López Obrador en campaña, tampoco es cierto.
La disminución de la dependencia energética todavía va para largo.
Y si eso ocurre con las gasolinas, lo mismo pasa con los precios del gas doméstico y la electricidad, que lejos de impactar de manera positiva en la economía familiar, la ha complicado por el encarecimiento en productos de primera necesidad y servicios. ¿Será otro sexenio perdido? Al tiempo.