México ha alcanzado niveles de violencia equiparables a países en conflicto armado como Siria, Palestina y Birmania, según el informe anual de la organización internacional ACLED (Armed Conflict Location & Event Data). El país ocupa el cuarto lugar en conflicto extremo a nivel mundial, detrás de estas naciones, y es el segundo más peligroso para civiles, únicamente superado por Palestina.
El informe destaca que en 2024 México experimentó más de 500 ataques violentos contra figuras políticas, un incremento en la tasa de letalidad en enfrentamientos armados y una ampliación de las zonas de conflicto, superando los niveles registrados en 2023 en al menos 14 de las 32 entidades del país.
ACLED también subraya que la violencia en México es única debido a su naturaleza transnacional, influida por flujos de armas y drogas provenientes de Estados Unidos, el mayor mercado de narcóticos y armamento del mundo.
México cerró 2024 con más de 30,000 homicidios, consolidándose como uno de los países más letales del mundo. La organización resalta incidentes emblemáticos como el ataque con drones atribuido a La Familia Michoacana en Guerrero, que dejó 30 muertos, y el desplazamiento forzado de más de 4,000 personas en Tila, Chiapas. Estas cifras se suman a los secuestros masivos en Culiacán y al aumento de la violencia electoral, que marcó las elecciones de junio de 2024 con niveles sin precedentes.
La fragmentación del Cártel de Sinaloa, sumada a su pugna con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ha exacerbado la violencia en estados como Chihuahua, Sonora y Tabasco. En este último, una ruptura interna dentro del grupo local La Barredora en diciembre de 2023 intensificó las disputas por el tráfico de migrantes y rutas de narcotráfico.
En Guanajuato, el CJNG continúa enfrentándose al Cártel de Santa Rosa de Lima por el control del robo de combustible, mientras que en Zacatecas, se vislumbra una posible alianza entre el CJNG y Los Chapitos para desafiar a Los Mayitos, lo que podría incrementar aún más la violencia en la región.
Carlos Pérez Ricart, analista en seguridad, señala que el caso mexicano es difícil de definir debido a su singularidad. “El concepto de guerra civil de cárteles es un intento casi fallido para describir una realidad que no se da en otra parte del mundo. México enfrenta un problema transnacional donde los flujos de armas y drogas son determinantes, y esconder esta realidad no sirve de nada; enfrentémosla para comprender su complejidad”, apuntó.
ACLED advierte que la violencia en México podría intensificarse este año debido a factores como la elección de jueces en junio, lo que expone a candidatos a influencias partidistas o criminales. Según la organización, esto incentivará a los grupos delictivos a penetrar en las instituciones del Estado mediante cooptación o ataques selectivos, contribuyendo al aumento de la impunidad.
La nueva estrategia de seguridad liderada por la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario Omar García Harfuch también será clave para enfrentar el panorama. Sin embargo, el endurecimiento de la política estadounidense con la llegada de Donald Trump podría complicar la situación al aumentar la presión sobre el gobierno mexicano.
“México enfrenta un panorama de pandillas en remodelación y una violencia potencialmente mayor en el próximo año”, concluye el informe de ACLED, dejando en claro que el desafío para la administración federal será monumental en la búsqueda de frenar la crisis de violencia que pone al país en una categoría de conflicto extremo a nivel mundial. (Más / IA).