Jorge Mario Bergoglio, mejor conocido como el Papa Francisco, ha pasado a la historia por ser uno de los pontífices más abiertos en cuanto a su vida privada y en su nuevo libro “Vida. Mi historia en la Historia” se confiesa nuevamente: sus relaciones y posturas frente a temas que por muchos años han sido tabú en la religión católica.
LA NOVIA DE BERGOGLIO
En su autobiografía que llegará a las librerías el martes 19 de marzo, días antes de la Semana Santa, el Papa Francisco comparte sus memorias de 85 años de vida y el amor de su juventud, mucho antes de que se convirtiera en sacerdote.
Aunque el nombre de la joven enamorada no fue ampliamente divulgado, el Papa describe en el libro ese episodio de su juventud como una relación seria en la que consideró el matrimonio.
“Durante ese año en el seminario también tuve un pequeño flechazo: es normal, de lo contrario no seríamos seres humanos. Ya había tenido una novia antes, una chica muy dulce que trabajaba en la industria del cine y más tarde se casó y tuvo hijos.”, relata en el libro.
SU POSTURA FRENTE A LA HOMOSEXUALIDAD
Una de las mayores “polémicas” en la gestión de Bergoglio como el mayor representante de la iglesia católica ha sido su apertura ante la comunidad LGBTIQ+ y las parejas del mismo sexo.
En su libro, el Papa Francisco reconoce que tanto dentro como fuera del Vaticano ha sido acusado de destruir el papado y que se ha tratado de bloquear las reformas que los cardenales le encomendaron promulgar cuando fue elegido Pontífice en 2013.
“Qué decir tiene que siempre hay algunos que desean frenar las reformas, que quieren que las cosas sigan siempre como en los tiempos de los papas reyes”, reflexiona.
Sin importar estos frenos, el Papa Francisco reiteró su postura de permitir que los sacerdotes católicos puedan bendecir a parejas del mismo sexo a pesar de que obispos africanos y conservadores de todo el mundo se han negado a seguir la nueva indicación; pese a esto, considera que esto no es un punto de quiebre para la Iglesia debido a que “no se pone en cuestión la doctrina”.
“Es justo que estas personas que experimentan el don del amor tengan las mismas protecciones legales que todos los demás”, subraya a partir del razonamiento de que Jesús compartió su tiempo y vida con personas que eran marginadas de la sociedad y es lo que debería estar haciendo la iglesia con personas de la diversidad sexual.
LA SALUD DEL PAPA Y ESPECULACIONES DE RENUNCIA
Con respecto a las especulaciones de su estado de salud actual y una posible renuncia, el Papa Francisco disuelve estas dudas, pues asegura que no padece ningún problema de salud que lo obligue a irse.
En su juventud, el Papa Francisco fue sometido a una cirugía donde parte de un pulmón se le fue retirado y durante los últimos meses padeció intermitentemente los estrados de la bronquitis, gripe y el resfriado. Anteriormente, en 2021, tuvo una cirugía en la que le extirparon un trozo del intestino grueso y en 2023 fue hospitalizado dos veces, una de ellas para extirpar tejido cicatricial intestinal a causa de operaciones anteriores por diverticulosis o abultamientos de la pared intestinal.
“Pero esto es una posibilidad lejana (renunciar), porque verdaderamente no tengo ninguna causa lo suficientemente grave como para hacerme pensar en dimitir. Algunas personas pueden haber esperado que tarde o temprano, tal vez después de una estancia en el hospital, podría hacer un anuncio de ese tipo, pero no hay riesgo de ello; gozo de buena salud y, como he dicho, hay muchos proyectos que llevar a buen término”, insistió, pues considera que el pontificado debe durar lo que dura la vida.
“No veo condiciones para una renuncia. Las cosas cambiarían si se produjera un grave impedimento físico, y en ese caso ya he firmado al inicio de mi Pontificado la carta con la renuncia que está depositada en la Secretaría de Estado. Si esto sucediera, no me llamaría Papa emérito, sino simplemente Obispo emérito de Roma, y me trasladaría a Santa María la Mayor para volver a ser confesor y llevar la comunión a los enfermos. Pero esta es una hipótesis lejana, porque en realidad no tengo motivos tan serios para pensar en una renuncia.
“Alguien, a lo largo de los años, tal vez ha esperado que tarde o temprano, quizá después de una hospitalización, hiciera un anuncio de este tipo, pero no existe tal riesgo: gracias al Señor, gozo de buena salud y, si Dios quiere, quedan muchos proyectos por realizar”, asegura.
(EMEEQUIS).