Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Lo que faltaba, la guerra
Si en casi dos años de pandemia, México no ha podido recuperarse económicamente, además de otros daños colaterales que ha dejado el coronavirus, con la guerra que le ha declarado Rusia a Ucrania, el impacto en los mercados por el precio del petróleo sin duda repercutirá en el bolsillo de todos por el alza a las gasolinas, el gas y la canasta básica.
En el 2020, la economía de México tuvo un desplome del 8.2 por ciento a causa del Covid-19 y al cierre del año pasado entró en una recesión técnica al sumar dos trimestres consecutivos con retrocesos lo que confirmó un inminente estancamiento en los últimos tres meses de 2021.
Si se esperaba en este 2022 una recuperación de al menos el 2.6% como lo estimó la Secretaría de Economía del gobierno federal y no del 5% que presumió Andrés Manuel López Obrador, el panorama ahora con una guerra en la Europa Oriental, luce todavía más complicado.
Pero además, a la caída del Producto Interno Bruto (PIB) se sumó la alta inflación que se registró en el 2021, situación que no se había presentado en México desde la década de 1980.
Tan sólo en la primera mitad del mes de enero de este año la inflación se ubicó en un 7.13 por ciento, lo que vino a darle al traste a la de por sí desgastada economía familiar.
Así que el conflicto entre Rusia y Ucrania, para los mexicanos sólo representa malas noticias máxime si la confrontación bélica escala a estadios más fuertes.
En ese escenario, los pronósticos de especialistas financieros estiman que la inflación en México se mantendría mucho más tiempo de lo esperado por encima del 7 por ciento.
¿Por qué el alza en los precios del gas y las gasolinas se irían para arriba? Porque México no es autosuficiente en la producción de estos energéticos.
En agosto de 2021 las importaciones de gasolinas, gas LP y gas natural alcanzaron un monto de 20 mil 058 millones de dólares, el más alto desde 1993, esto para poder abastecer alrededor de dos terceras partes del consumo nacional.
Otros productos que verían incrementos en medio del conflicto bélico entre ambos países y sus aliados, serían el trigo, fertilizantes, hierro y manufacturas de acero.
Si con la pandemia se detuvo el crecimiento y desarrollo de este país y aumentó el número de pobres, este 2022 no pinta nada bien con una guerra de por medio entre dos naciones. Es lo único que faltaba.
