Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Layda, destape con tufo a corrupción
En el ocaso de su vida, con 75 años de edad cumplidos el pasado mes de agosto, la aún alcaldesa morenista de Álvaro Obregón, en la Ciudad de México, Layda Sansores San Román ha anunciado que buscará una vez más la gubernatura de Campeche en las elecciones del próximo año.
Hija de Carlos Sansores Pérez, mejor conocido como “El Negro”, gobernador de Campeche por el PRI de 1967 a 1973, la política campechana ha sido candidata en tres ocasiones bajo las siglas de otros partidos políticos como el PRD y Convergencia en los años 1997, 2003 y 2015 y en todas ha perdido las elecciones en su tierra natal. Simplemente no ha sido garantía de triunfo.
Bajo las siglas del PT, Layda Sansores marcó su paso por el Senado de la República al convertirse en el 2018 en foco de escándalos de corrupción, lo que le valió el mote de #LadyFacturas, el hashtag con el que se hizo viral en las benditas redes sociales.
Y es que la entonces legisladora fue acusada de facturar a nombre del Senado gastos personales que ascendieron a 700 mil pesos durante 2016 y 2017 para la compra de tintes para el cabello, desodorantes, pasta de dientes, ropa, almohadas, sábanas, un refrigerador, una estufa, una licuadora, y hasta una muñeca de más de 4 mil pesos, entre muchos otros artículos y enseres domésticos.
En medio del descrédito, en un acto de campaña para la presidencia de la república, López Obrador tuvo que arropar a la campechana como lo ha hecho con otros políticos a los que ha ‘purificado’ y que incluso hoy se encuentran incrustados en su gabinete señalados de corruptos.
En dos años que lleva como alcaldesa del ayuntamiento de Álvaro Obregón, Layda Sansores ha desempeñado un gobierno distante de la gente, privilegió la adjudicación directa de obras que no representan un beneficio social, como la construcción de unas escaleras eléctricas a un costo de 190 millones de pesos y la instalación de elevadores para autos de funcionarios del ayuntamiento con un valor de casi 21 millones de pesos.
Como alcaldesa dejará una población con una atención de problemas de apenas el 26% según datos del INEGI, un alto índice de inseguridad, el 68.1% no se sienten seguros ni en sus casas; con el mayor consumo y venta de drogas así como robos y asaltos.
Y así quiere gobernar Campeche.