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La victoria de Pirro López

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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Erwin Macario

La victoria de Pirro López

Pirro López llegó a la batalla con 20 elefantes, 3 mil caballos, 2 mil arqueros, 500 honderos, 20 mil soldados… y una jirafa.
Se creía descendiente de Aquiles. Había combatido en los ejércitos de Antígono Madrazo y Demetrio Andrade, antiguos generales de Alejandro Magno, el general del ejército que enfrentaba ahora.
Alejandro y sus aliados estaban dispuesto a dialogar y buscar el consenso, pero Pirro de Epiro, contando con su esbirro Cineas Noroña, prefirió la guerra, buscando aniquilar al enemigo.
Ayudado por mercenarios y dos generales Yunes y Barreda, y dos oficiales de poca monta que traicionaron al ejército de Alejandro, tuvo lo que se considera una victoria pírrica por el daño moral, legal y económico que el triunfo arrojaría sobre la Republica.
En la borrachera del triunfo, con las adulaciones serviles acostumbradas en su bando, uno de sus lacayos le presentó sus felicitaciones —que a gritos se daban en el preparado campo de la batalla— y Pirro López, aunque mareado por el triunfo, comentó: «Otra victoria como ésta y estamos perdidos».
Pero aprovechó, al término de la batalla de una guerra que empezaba, que uno de sus generales, el preferido, de nombre André, el que cuidaba la jirafa, diera la primera arenga a los eufóricos vencedores. Después habría un desfile de los que querían justificar su presencia en esa batalla, obtener mayor pago que el que recibieron los cuatro traidores, todos de los ejércitos aliados a Alejandro.
Lo que paso este martes, y madrugada del miércoles 11, en el Senado de la Republica me hizo jugar con la historia que cuenta Plutarco en su “Vidas paralelas”.
Pírrico es el triunfo de Morena y sus aliados al aprobar —con traiciones más que a la oposición, a México— la reforma contra el Poder Judicial que pondrá en voto a mano alzada, prácticamente, la defensa de la justicia y el derecho en México, documentada en tesis y jurisprudencias que normaban, hasta ayer, la vida jurídica de la nación.
Andrés Manuel López Obrador ofrece a la próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, una victoria pírrica que cargará, junto con los funcionaros que le ha incrustado en su gobierno. Caballos de Troya, pienso con otra historia bélica.