Testigo fiel
Por: Jesús Torres
La irascibilidad de Adán López
El ex secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández llegó a Tabasco el fin de semana a atizar más el fuego al interior de Morena rumbo a los comicios locales de 2024.
En la tierra y agua de López Obrador, el gobernador con licencia arremetió contra la frágil unidad que se vive en el partido desde que sus huestes se apoderaron de la dirigencia estatal.
Sabedor que el ala de los fundadores lo detesta, Adán López en vez de conciliar con los llamados duros del morenismo tabasqueño, desde Cárdenas hizo arengas para atacarlos.
Les mandó a decir que Tabasco no tiene dueño, y los acusó de caciques y mentirosos.
La polarización pues, a todo lo que da.
A eso llegó a tierras tabasqueñas al que AMLO llamó su hermano.
Sólo que mientras Adán López se desgañitaba en la tres veces heroica, en Quintana Roo, el inqulino de Palacio Nacional aplaudía la llegada del primer vagón del Tren Maya.
Una de las obras insigne de la 4T encargada al titular de Fonatur, Javier May Rodríguez, fuerte aspirante a la gubernatura del estado y cabeza visible de los llamados fundadores del partido con López Obrador.
Adán López no sólo pelea con molinos de viento, sino que ha distraído el discurso en sus pretenciones de ser el candidato presidencial de Morena en el 2024.
Si no puede unir a los morenistas en su propio estado, ¿cómo pretende hacerlo en todo el país para que respalden sus aspiraciones?
Quizá sea por eso que en las encuestas no pasa de un lejano tercer sitio, muy por debajo de Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.
A ello habría que sumarle los escándalos en los que se ha visto envuelto por portar relojes de más de un millón de pesos, de ocultar bienes en su declaración patrimonial, sobregastos de campaña y de proteger a su vocera, Andrea Chávez acusada de utilizar camionetas blindadas y aviones privados para sus familiares.
Aunque ya dijo que no regresará a la gubernatura de Tabasco, para nadie es un secreto que el ex secretario de gobernación buscará por todos los medios imponer candidatos en el estado para las elecciones del próximo año, sea hombre o mujer.
La pregunta es: ¿Se lo permitirá AMLO? Al tiempo.
