Testigo fiel
La enterradora del PRI
Por: Jesús Torres
Tras su derrota en la elección extraordinaria de Centro, la diputada del PRI, Liliana Madrigal se tomó unas vacaciones y regresó a su curul de San Lázaro donde fue arropada por sus compañeros de bancada para superar el descalabro que había sufrido.
No del todo satisfecha, la legisladora del tricolor ahora pretende dirigir a su partido en el estado, cosa que no veo mal, pues está en todo su legítimo derecho. Lo que no veo bien es que no lo haga por cuenta propia.
Todos sabemos a qué intereses obedece Liliana Madrigal y a quien pretende catapultar en el 2018 en caso de tomar la conducción de lo que queda del partido tricolor el cual mando hasta el tercer sitio como fuerza política en el Centro.
Su llegada no sería otra cosa que parte de un pacto o acuerdo al más alto nivel a fin de preparar el terreno para que el partido en el poder mantenga la plaza por lo menos otros seis años.
Si lo que se ha pedido es que quien lidere al PRI sea una persona que no pertenezca a ningún grupo político para no favorecer a algún aspirante a la gubernatura, Liliana Madrigal de entrada es la menos indicada.
De consumarse su imposición entonces el Revolucionario Institucional bailará al son que le toquen.
No hay que olvidar que quien mueve las piezas del ajedrez en estos momentos en Tabasco sabe cómo jugar y vaya que tiene bien metidas las manos no sólo en el PRI, sino también en el PRD y pronto lo hará en Morena. Ya lo verán, al tiempo.
De ser así, Liliana Madrigal será reivindicada después del trago amargo que pasó en la pasada elección y el maltrato que se le dio. Todo eso quedará en el pasado.
Por eso hoy la vemos muy contenta recorriendo el estado, tomándose fotos con medio mundo como si en su memoria esa parte funesta que vivió no existiera.
Desafortunadamente todavía no aprende la lección, pues cada vez que abre la boca deja ver su falta de tacto político como sus recientes declaraciones sobre las tarifas eléctricas que en vez de ayudar al presidente, Enrique Peña y su reforma energética, vino a perjudicarlo. Como diría el dicho, no me ayudes compadre o con ese tipo de amigos para que queremos enemigos.
No dude, que de consumarse la llegada de Liliana Madrigal a la dirigencia del PRI, del otrora poderoso partido, sólo quedarán cenizas.
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