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La corona, en medio de la polémica

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Testigo fiel
Por: Jesús Torres
La corona, en medio de la polémica

La victoria de Fátima Bosch como Miss Universo 2025, ha sido celebrada por muchos, pero también ha estado marcada por una serie de controversias que ponen en tela de juicio la transparencia, la legitimidad y el verdadero peso de su corona.

Aunque su triunfo representa un momento histórico para México, las críticas han sido lo suficientemente fuertes como para restarle brillo a un logro que debería ser únicamente motivo de orgullo.

Detrás del festejo de la corona también ha emergido una polémica mucho más estructural por supuestos acuerdos en lo oscurito, favoritismos e incluso posible manipulación de resultados.

Omar Harfouch (no el Batman de la Cdmx), tras renunciar al certamen como jurado denunció que hubo una “votación secreta” para determinar a las semifinalistas, sin supervisión total de todos los jueces oficiales.

Se señaló además un conflicto de interés por presuntos vínculos entre la familia de Bosch y figuras políticas, lo que, para algunos críticos, podría haber influido en el resultado.

En redes sociales, hay quienes han sugerido incluso que el triunfo pudo ser una jugada para “calmar” la polémica tras el incidente con Nawat Itsaragrisil quien criticó públicamente a Fátima supuestamente por no participar en una sesión promocional a la que acusó de tonta.

A todo esto, la pregunta que ha surgido es si su corona es un reconocimiento genuino o parte de un arreglo más complejo.

Más allá de las denuncias externas, también se han generado críticas desde dentro, previo a su ascenso como Miss Universo México.

Según reportes, durante su coronación 27 de las 31 concursantes abandonaron el escenario, un gesto interpretado como protesta.

Tras su triunfo, solo cuatro finalistas se acercaron para abrazarla, lo cual para muchos fue una señal de que la mayor parte de participantes no estuvieron de acuerdo.

Camila Canto, Miss Puebla, fue especialmente directa al declarar públicamente que, para ella, Fátima “no merecía ganar”.

Celeste Hidalgo, Miss Sonora, aclaró que dicha reacción no se debió a envidia, sino a una sensación colectiva de que el resultado “no reflejaba lo vivido” durante el concurso.

Estos gestos y declaraciones revelan que, para algunas concursantes, lo ocurrido no fue simplemente una derrota, sino una falta de legitimidad.

Después de coronarse como Miss Universo 2025, medios mexicanos y extranjeros destacaron que, aunque el triunfo de Bosch había sido presentado como una historia de empoderamiento, tras denunciar el maltrato que sufrió, al mismo tiempo se habían multiplicado las preguntas sobre la integridad del proceso.

La tabasqueña, de su lado ha hablado sobre su dignidad, su fe y su convicción. “Lo que Dios tiene destinado para ti, ni la envidia lo para… ni la suerte lo cambia”, según posteó en sus redes sociales.

Además, figuras como Ximena Navarrete, ex reina de belleza, han defendido su victoria, diciendo que “la corona cae donde tiene que caer”.

Si bien muchos celebran su victoria como un triunfo personal y simbólico, otros insisten en que se necesita más transparencia para que su reinado sea verdaderamente “merecido” y no solo conveniente.

En última instancia, el legado de Fátima Bosch como Miss Universo dependerá, en gran medida, de cómo responda a estas críticas durante su reinado.