El primer ministro de Irak declaró el lunes la victoria sobre Estado Islámico en Mosul, tres años después de que los militantes tomaron la ciudad y la declararon capital de su califato.
Haider al-Abadi hizo el anuncio desde la sala de operaciones del Servicio de Contraterrorismo, dijo su oficina en Twitter. El funcionario había llegado el domingo a Mosul para felicitar a los comandantes militares que lucharon durante nueve meses para recapturar la ciudad.
Más temprano el lunes se escucharon disparos y explosiones mientras la coalición liderada por Estados Unidos atacaba las pocas posiciones remanentes de Estado Islámico.
Abadi se había reunido con funcionarios militares y políticos en Mosul en una atmósfera festiva, lo que contrastó con el miedo que se propagó rápidamente cuando pocos cientos de milicianos de EI capturaron la ciudad y el Ejército iraquí se desmoronó en julio de 2014.
El líder de Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, sorprendió a Oriente Medio y a potencias occidentales poco después al aparecer en el púlpito de la gran mezquita de al-Nuri a pleno día para declarar un califato y a él como líder de los musulmanes del mundo.
A partir de allí se generó un reino del terror que alejó incluso a musulmanes suníes que respaldaban al grupo, lo que significó una ventaja para las fuerzas de seguridad.
Baghdadi abandonó la ciudad y su paradero exacto se desconoce. Según informes estaría muerto, pero funcionarios iraquíes y occidentales no han podido confirmarlo.
Incluso si Baghdadi es eliminado o capturado, es improbable que eso debilite a EI, que ahora podría desplazarse al desierto o a las montañas de Irak y librar una insurgencia parecida a la de al Qaeda tras la caída de Saddam Hussein en 2003.
Según la ONU, 920.000 civiles han huido de sus casas desde el inicio de la campaña militar para recuperar Mosul en octubre y miles han muerto. (Reuters).