Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Impunidad hasta en crueldad animal
En Tabasco ni las mascotas se salvan de la violencia que han sufrido de sus agresores en últimas fechas y que ha dado mucho de que hablar.
En lo que va del año por lo menos se han registrado tres casos de crueldad animal en los municipios de Paraíso, Tacotalpa y Teapa y las cifras podrían ir a la alza si no se actúa a tiempo.
Las víctimas de estos ataques deshumanizados hasta ahora se han centrado en canes o ‘lomitos’, palabra que se acuñó a estos animalitos desde 2015.
Los más sonados han sido los de Chiltepec en Paraíso luego que fuera captado un sujeto arrastrando en un vehículo a su mascota en medio de la lluvia.
Uno más ocurrió en Tacotalpa cuando fue sorprendido un motociclista jalando a su perro con una cuerda a orillas de carretera.
Esta semana se suscitó otro caso que causó indignación entre usuarios de las redes sociales al enterarse de un can al que le sacaron los ojos en el municipio de Teapa.
En Tabasco el maltrato animal está castigado hasta con tres años de cárcel, pero de poco o nada a servido que exista una legislación en la materia si esta no se aplica.
Ayer por lo pronto diputados del Congreso local pidieron endurecer las penas a quienes cometan crueldad contra los animales ante el incremento de este delito en la entidad.
Si no pueden hacer frente a la violencia generalizada que existe en Tabasco, mucho menos lo harán en la protección de indefensos lomitos.
Lo que tiene que hacer la autoridad competente es realizar un castigo ejemplar para que quienes tienen mascotas vean que la cosa va en serio, de lo contrario las advertencias seguirán siendo llamados a misa.
Y es que los casos de maltrato animal registrados en Tabasco últimamente se han puesto al descubierto gracias a usuarios de redes sociales, pero así como estos, no se duda que existan muchos más que no han sido denunciados.
La agrupación Caninos 911 ha documentado cada maltrato y crueldad y los ha llevado ante la autoridad municipal y la Fiscalía General del Estado, como ocurrió en enero de este año cuando una pipa de gas arrolló a un cachorro.
Lamentablemente hasta hoy la respuesta ha sido nula y los agresores siguen impunes.
A la par de la protección a los animales los ayuntamientos deberían contar con perreras municipales y diseñar programas de adopción de mascotas para darle otro trato a los lomos callejeros que cada vez son más los que deambulan por la ciudad y colonias. Algo se tiene que hacer.