El nuevo virus de Wuhan, que ha dejado ya seis muertos en China y cientos de afectados, ha cruzado el Pacífico. Un hombre de unos 30 años que viajó a esa región china fue diagnosticado con el virus la semana pasada en Seattle, en el Estado de Washington, según confirmó este martes el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), mientras todo el país estaba pegado a la televisión para seguir el impeachment contra Donald Trump en el Senado.
El virus de Wuhan es un nuevo coronavirus llamado 2019-nCov que se transmite entre humanos y provoca enfermedades respiratorias. Fue detectado por primera vez hace menos de un mes. Desde esta ciudad, situada en la zona central del territorio chino y donde viven 11 millones de personas —más que Londres o Nueva York—, el patógeno comenzó a extenderse a las provincias vecinas. El pasado viernes, por ejemplo, no había ningún positivo fuera de allí, pero ahora ya son 38 los casos repartidos por otras 15 grandes urbes chinas y ha saltado a cuatro países del sureste asiático.
El paciente de Seattle, del que se desconoce por el momento su identidad, está ingresado en el Centro Médico Regional de Everett, la capital del condado de Snohomish (Washington). Se encuentra estable, responde al tratamiento y no se le considera un riesgo. El CDC también ha explicado que el enfermo no tenía síntomas cuando aterrizó el día 15 de enero en EE UU. Acudió al médico el pasado domingo y fue hospitalizado por una neumonía.
El paciente no visitó ninguno de los mercados de Wuhan, donde se confirmaron numerosos casos de afectados por el virus, pero sí estuvo en la región, según ha explicado a la prensa Nancy Messonnier, directora del departamento de enfermedades respiratorias del CDC. Las autoridades están buscando a todas las personas que han estado en contacto con el paciente estos días, explicó Messonnier. No esperan que haya más casos.
Desde el pasado viernes 17, el CDC había impuesto controles especiales para vigilar la posible entrada del virus al país en los aeropuertos con más actividad de la costa oeste, San Francisco y Los Ángeles, y el de Nueva York. Son los tres aeropuertos con más pasajeros procedentes de la región de Wuhan. El CDC ha destinado alrededor de 100 trabajadores a estos aeropuertos y ha instalado salas de cuarentena. Las autoridades sanitarias estaban alerta desde hace dos semanas. El pasado 11 de enero habían publicado una advertencia sanitaria Nivel 1 para pasajeros que hubieran estado en Wuhan.
Un grupo de expertos del Centro de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Hong Kong sugiere que la realidad es aún más preocupante que los datos ofrecidos por China. Según un informe suyo elaborado en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y presentado este martes, el número total de infectados puede rozar ya los 1.500: 1.343 en Wuhan y 115 en el resto del país.
Además de en China y en EE UU, ha habido casos de personas con este virus detectados en Corea del Sur, Tailandia, Japón y Taiwán, donde una mujer de 55 años ha sido reconocida también este martes con la enfermedad. Como en los casos anteriores, viajó a Wuhan en las últimas semanas. El ministro de Sanidad de la isla, Chen Shih-chung, ha asegurado que ninguno de los familiares de la enferma presenta síntoma alguno, similares a los de una neumonía ordinaria, y que otras 46 personas que estuvieron en contacto con ella durante el trayecto de avión han sido puestas en observación. Además, Filipinas y Australia también han anunciado haber tomado medidas ante los primeros casos sospechosos en su territorio nacional.
La OMS realizó este lunes una visita a Wuhan con un grupo de expertos sanitarios chinos, liderados por el doctor Zhong Nanshan, director del Laboratorio Estatal de Enfermedades Infecciosas en Cantón y eminencia nacional en la materia. Según este conglomerado de expertos, 15 empleados médicos en la ciudad han contraído el virus, lo que confirma el contagio entre humanos —un extremo descartado hasta el fin de semana pasado—.
La escalada de este nuevo coronavirus, descubierto hace dos semanas, recuerda a la epidemia del SARS, con el que guarda similitudes genéticas. La epidemia de 2002, también originada en China, causó la muerte de 700 personas en todo el mundo. La OMS celebrará mañana miércoles una reunión de emergencia para decidir si declara «una emergencia de salud pública internacional» a causa del brote. El Consejo de Estado chino, por su parte, también ha programado una rueda de prensa en la que detallará la evolución del virus en las últimas horas. (El País).