TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Erwin Macario
Ganar… extra urnas
“Está hasta adentro Jamil Hindi
con Carlos Joaquín y se lo vamos
a demostrar, esa es la bronca, es
el problema que traen, esa es la
desesperación que traen. Manuel
Andrade Díaz, delegado CEN del
PRI en Quintana Roo
Encuestas a modo, juego sucio importado —con lo más bajo de la política y los políticos—, turismo electoral, “activistas” perdedores y desesperación, son la prueba de que el PRI en Quintana Roo, como en otros cuatro de las doce entidades con gubernaturas en juego —si acaso recupera Oaxaca y mantiene Hidalgo y Zacatecas— sufrirá la más importante derrota: esa entidad y Campeche, son los últimos bastiones del tricolor en el sureste mexicano.
Lo que debió resolverse en Quintana Roo con una elección tranquila, se complicó. El tabasqueño Manuel Andrade Díaz, delegado nacional priísta, no sólo traslapó a ese estado la suciedad política contra los candidatos opositores al PRI —que en Tabasco le falló en la elección extraordinaria del municipio de Centro, que ganó el PRD con Gerardo Gaudiano Rovirosa— sino que puso al candidato Mauricio Góngora Escalante, al dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y a su partido, al borde del precipicio.
Conforme a su costumbre, el ex gobernador de Tabasco alardeó que el candidato Carlos Joaquín González, de la alianza PAN-PRD, “Quintana Roo Una Nueva Esperanza (UNE)”, estaba perdido y desesperado, y le acusó de tener ligar con la delincuencia organizada a través del empresario Jamil Hindi.
“Hay indicios y elementos, que se pide que se investiguen, porque se supone que (Jamil Elias Hindi) ha financiado con recursos de procedencia ilícita la campaña del candidato del PRD y del PAN”, afirmó el también coordinador de la bancada priísta del Congreso de Tabasco.
Con una fotografía en la que Carlos Joaquín, candidato enfrentado al gobernador priísta Roberto Borge Angulo, aparece con el empresario de origen siriolibanés, intentan no sólo ligarlo al crimen organizado sino derrotarlo extra urnas.
Nada más que el ex presidente de la Asociación de Pequeños Hoteles de Ciudad del Carmen ha sido fotografiado con muchos políticos, por su mismo papel como inversionista en aquella entidad. Además que Según algunos órganos de prensa han recordado, en la propia ceremonia donde Roberto Borge Angulo rindió protesta como gobernador hace cinco años aparece como invitado especial, en segunda fila, detrás de Carlos Salinas de Gortari, Emilio Gamboa, Arturo Escobar y Jorge Emilio González Martínez.
Esta guerra sucia, en un estado como Quintana Roo, que según la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) ocupa el segundo lugar nacional con mayor incidencia de delitos electorales, sólo superado por Veracruz, parece que no está funcionando pues se les ha volteado el chirrión.
El propio Manuel Andrade puede tener problemas al abrir la boca y parece que, al menos en este caso, está dando reculativa: «En ningún momento estamos denunciando. Lo que se está demandando es que se investigue, porque hay la presunción, por comentarios, por publicaciones de medios, de que se está financiando la campaña. No estamos diciendo que sea así. Estamos pidiendo que se investigue».
Pero la guerra sucia contra Carlos Joaquín, el candidato del PRD y del PAN, no cesa. Como en Tabasco lo hizo, Manuel Andrade usa, a favor del PRI y su candidato, lo más sucio del periodismo para atacar: se han metido con la familia del candidato a la gubernatura, y del actual secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, para enfrentarla, para dividirla.
Acusan a uno de los operadores políticos de Carlos Joaquín González, Adrián Mayoral, de tener una lista para encarcelar a funcionarios de la actual administración quintanarroense —lo que no estaría mal— y otro enlistado de periodistas que serán desterrados.
En el lado del PRI le apuestan más al juego sucio que Andrade importó desde el altiplano, pero que le fracasó en Tabasco, que a convencer votantes. Con cargo a no se sabe —o no se dice— qué partidas, Manuel Andrade promociona el turismo electoral. Una figura de las más cercanas a su entidad, Tabasco, es la de la perdedora priísta de la pasada elección extraordinaria en el municipio sede de Villahermosa, Liliana Madrigal, que se pasea en Chetumal. Con perdedores no se gana.
Lo cierto es que el PRI perderá Quintana Roo. Carlos Joaquín es un candidato que al enfrentar al gobernador Borge e irse de opositor se lleva mucha estructura. La historia se ha repetido en otras entidades donde la soberbia gubernamental hace perder al PRI con su propia gente.
Quintana Roo y Veracruz serían parte de la mortaja de Manlio Fabio en el sureste. Los dos estados han sido gobernados sólo por el PRI.
De los otros siete estados actualmente en poder priísta también es posible que pierda Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Tlaxcala y Tamaulipas. Podría recuperar Oaxaca, actualmente gobernada por PAN, PRD, PT y Movimiento Ciudadano; conservar Hidalgo y Zacatecas. Poco tiene que hacer en donde gobierna el PAN: Baja California, Sinaloa y Puebla. Pero con nueve gubernaturas que no gane el PRI este 5 de junio, también se le pierde el camino a Manlio Fabio Beltrones.
Y nos damos cuenta, por lo que sucede en Quintana Roo. Gracias, Manuel Andrade.