Carlos Miloc falleció este sábado 25 de febrero, día en que los dos amores de su vida en el ámbito futbolístico se enfrentan: Tigres vs. Morelia, en el duelo de la Jornada 8 del Clausura 2017.
Cada vez que se daba este duelo, el corazón del Tanque se dividía, aunque si tenía que elegir a uno, optaba por Monarcas, a pesar de su gran amor y pasión por los felinos, club en donde lo llamaro el Tigre Mayor.
Y es que Miloc jamás olvidó que fue Monarcas quien le abrió las puertas en México como jugador, y que de no haber sido por los michoacanos, tal vez nunca habría llegado a la UANL; por ende, no los habría hecho campeones en las temporadas 1977-78 y 1981-82.
«Amor, agradecimiento primero al que me trajo a México, y segundo los Tigres, porque me dieron todo e intenté darle todo; todo se une, si Morelia no me hubiera traído a México, tal vez nunca hubiera dirigido a Tigres, porque yo por mi descendencia, mi papá nació en Francia y mi mamá en Italia, entonces me llamaron del Racing de París, porque podía jugar como oriundo», contó Miloc en una entrevista hace algunos meses a Mediotiempo.
Recién casado, Miloc llegó a Monarcas en 1957, donde permaneció en dos etapas, y al finalizar la primera de ellas en 1961, quiso manifestar su cariño y agradecimiento a la ciudad e institución, ya que se iba a jugar con Irapuato y lo hizo llamando a su hija recién nacida «Sayonara Morelia» (adiós Morelia).
«Estaba jugando en Colombia, ya tenía un año en el Cúcuta Deportivo, cuando un muchacho uruguayo se vino a jugar al León; él estuvo en una cena con un entrenador uruguayo, que se llama Chema Rodríguez que había tomado al Morelia en 1957, le dijo que necesitaba un delantero con ciertas características y él le dijo que yo era quien las reunía».
«Ya después de unos cuatro años de que estaba en Morelia, me invita Irapuato a una gira por el Oriente, nos tocó ir a Tokio, a China, Hungría, recorrimos varios países y cuando regresé, mi residencia estaba puesta en Morelia, pero me habló Irapuato para ofrecerme contrato y mi señora que estaba embarazada y se queda en Morelia, como yo me iba, traje muy en cuenta que en Japón se decía ‘sayonara’ que significa adiós; como era ‘adiós’, por eso le pusimos Sayonara Morelia, haciendo hincapié a que me iba a Irapuato y con esto decía ‘Adiós Morelia'», recordó.
Incluso, Miloc tuvo que pasar inconvenientes para poder nombrar así a su hija, ya que en la iglesia no le querían permitir que lo hiciera; el extimonel tuvo que llamarle «Sayonara Morelia Carmen Cecilia», para poder que el sacerdote aceptara bautizarla.
«El obispo de Morelia no quería bautizarla con ese nombre, yo quería que se llamara así y era el papá, pero para que no hubiera más discusiones, se le puso Sayonara Morelia Carmen Cecilia… En Morelia también nació Carlitos, pudimos haberle puesto tarasco, es la raza de los indios tarascos en Michoacán, pero no, le pusimos Carlos», agregó.
Entre otras de sus anécdotas en Morelia, donde en total de sus dos etapas estuvo cerca de seis años, Miloc tiene muy presente que fue ahí donde le pusieron el apodo que hoy todos le conocen, el Tanque, antes lo llamaban de otra manera.
«En el partido que debuté ante Zacatepec, un cronista que se llamó Ibarra Carreón, corresponsal del Esto, y al otro día, me mostraron un periódico venía la foto mía y decía que había debutado un ‘Tanque’ uruguayo en Morelia; así fue como se me quedó… a mí antes, en Uruguay me decían el Martillo, pero me gustó más el Tanque, el Martillo me decían porque cabeceaba muy bien y muy fuerte», platicó.
Carlos Miloc dejó su nombre grabado en la historia de Morelia, en donde quedó dentro del Top 5 de los máximos goleadores del equipo. El Tanque también pudo dirigir como interino a Monarcas en 1995, trabajo que Monarcas le dio como una forma de reconocerlo por su pasado con los purépechas. (Mediotiempo)