Un reciente estudio del Seminario Violencia y Paz de El Colegio de México ha emitido una preocupante advertencia: la violencia electoral está afectando la democracia mexicana12. Tras analizar los 32 asesinatos de aspirantes a cargos de elección popular en las elecciones de 2021, los investigadores concluyen que esta violencia está reduciendo las opciones del electorado y provocando miedo entre candidatos y electores12.
El estudio identificó la impunidad como uno de los rasgos característicos en los asesinatos registrados en los comicios de hace tres años1. Además, se detectaron cuatro rasgos que caracterizan la mayor parte de los asesinatos documentados y analizados1:
La violencia electoral letal es eminentemente local, ya que el 85% de las 32 víctimas competían por cargos municipales1.
Estos ataques normalmente son contra opositores al alcalde en turno, como ocurrió en 25 de los 32 casos1.
Los homicidios electorales generalmente ocurren sin aviso y en ataques rápidos: no hubo amenazas previas en 28 de 32 casos y son ataques fulminantes1.
Aunque los ataques ocurrieron durante todo el proceso electoral, el paso de precandidaturas a candidaturas, en marzo de 2021, fue el momento clave para la violencia1.
El estudio también reveló que todos los partidos tuvieron víctimas, aunque Morena fue el más afectado, con ocho casos, seguido de Movimiento Ciudadano, con seis1. En 15 de 32 casos hubo detenidos; sin embargo, no existe evidencia de que haya habido sentencias firmes contra los presuntos homicidas y los autores intelectuales1.
Uno de los hallazgos más novedosos de este estudio tiene que ver con la posición política de las víctimas en el proceso electoral. La mayoría competían como opositores: 25 de 32 aspirantes eran opositores al gobierno municipal y, de ellos, 17 también eran de partidos opositores al gobierno estatal1.
El proyecto, coordinado por el académico Sergio Aguayo y en el que participaron 23 investigadores más, advierte que la evidencia de las elecciones federales y locales de 2021 apunta hacia un incremento exponencial de la violencia, lo que pinta un panorama complicado para 20241.
Los altos niveles de violencia están enturbiando la calidad de la democracia y la gobernabilidad del país1. En especial, la violencia electoral, aquella intencionalmente implementada por los perpetradores para modificar tanto los resultados cuanto los procesos electorales, distorsiona las virtudes de un p régimen democrático1. El panorama es oscuro y turbio para las elecciones mexicanas1.
(Con información de Animal Político y MVS).