Testigo fiel
Por: Jesús Torres
El llamado a ‘misa’ a los gobernadores
Los gobernadores de oposición no deberían confiar del todo en la propuesta de un acuerdo nacional para no intervenir en las elecciones del próximo 6 de junio que les envió en una carta, Andrés Manuel López Obrador.
El tabasqueño ha sido el primero en violar cualquier intención de no intervención en el actual proceso que se vive en el país a través de sus mañaneras a pesar de una restricción que le hizo Instituto Nacional Electoral (INE).
Para variar, mediante un resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, los magistrados dieron ‘luz verde’ al inquilino de Palacio Nacional para que siga teniendo injerencia en temas electorales.
El principal beneficiado con el acuerdo del máximo órgano jurisdiccional del país, fue el partido de López Obrador, quien se opuso, junto con funcionarios de la 4T, a la prohibición del INE.
Lo que se ve a todas luces es que AMLO no sólo está metiendo las manos en el proceso electoral, sino que quiere hacerlo de cuerpo entero.
De ahí la decisión de aventar todo el dinero que se pueda de manera anticipada en pagos de programas sociales previo a las elecciones, además del uso electoral de las vacunas contra el Covid que están utilizando los candidatos de Morena en diversas partes del país.
¿Qué pretende López Obrador con los gobernadores? Amarrarle las manos para que sea sólo él, quien pueda intervenir en las elecciones. Así de fácil, maquiavélico y perverso.
¿Acaso alguien cree en su sano juicio que AMLO no está incidiendo en el proceso electoral? Creo que nadie.
Tiene de su lado al TEPJF, la Suprema Corte, el Congreso, los programas sociales y los Servidores de la Nación, que no son otra cosa que activistas electorales que operaran en junio próximo.
Cuando el originario de Macuspana grite ¡Al ladrón! ¡Al ladrón! echará las huestes de la Cuarta Transformación a los gobiernos priistas, panistas y perredistas, mientras Morena les roba la elección.
El llamado a ‘misa’ del tabasqueño a los gobernadores, sólo se reduce a una mera ‘cartita’ de buenas intenciones, sólo eso.
