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El Grito, la otra trastada

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Testigo fiel

Por: Jesús Torres

El Grito, la otra trastada

En el peor momento de la historia de México, abatido por la crisis sanitaria que ha dejado luto en más de cuarenta mil hogares en todo el país y casi medio millón de mexicanos infectados por el coronavirus que luchan por superar esta terrible enfermedad, unos sin empleos, otros más en la extrema pobreza y una economía blandengue, desde Palacio Nacional se anuncia que sí habrá ceremonia del Grito de Independencia el próximo 15 de septiembre.

Lejos de lo que representa para los mexicanos la independencia de México, ¿habrá esta vez algo que celebrar, máxime cuando al país se lo está llevando el carajo? O servirá oootra vez como escaparate para Andrés Manuel López Obrador, para la arenga política y el lucimiento de la devaluada imagen presidencial.

En sus mañaneras, López Obrador confirmó que no sólo realizará el Grito de Independencia, sino que también encabezará el tradicional desfile militar, a pesar de la ola de contagios por Covid-19 en el país, contraviniendo los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el manejo de la pandemia.

Sólo para que el lector se dé una idea, durante las fiestas patrias del año pasado, la noche del 15 de septiembre se concentraron alrededor de 80 mil gentes en la plancha del zócalo capitalino y un día después, para la conmemoración del 209 aniversario de la Independencia de México, desfilaron 13 mil 111 personas.

Vamos, a estas alturas, no sería ni siquiera ocurrente que AMLO convocara a una consulta para saber si los mexicanos están de acuerdo o no en que se celebren estas festividades. No hay las condiciones, ni es el momento cuando hay otras prioridades.

México demanda medicamentos para los enfermos, equipamiento en hospitales, medidas eficaces de prevención contra el coronavirus, empleos, mayor seguridad ante el clima de violencia y atención inmediata para quienes lo han perdido todo por desastres naturales, como ocurrió el fin de semana en los estados del norte del país.

Lamentablemente, el mal ejemplo cunde y no se duda por ningún momento que no faltarán alcaldes y gobernadores de Morena que quieran congraciarse con el inquilino de Palacio Nacional y hagan lo propio en sus estados y municipios.

Aunque también hay mandatarios que ya dan por descartado este festejo dada las condiciones sanitarias y de emergencia que vive el país.