Testigo fiel
Difícil inicio de 2017
Por: Jesús Torres
Los tabasqueños y los mexicanos en general vivimos una intensa semana, la primera del mes de enero de 2017, derivado del alza a los precios de las gasolinas, la luz y el gas doméstico, lo que ha derivado una serie de protestas e inconformidades de todos los sectores, económico, político y social del país.
Lo peor de todo es que la irritación social se haya llevado al extremo de cometer actos vandálicos en centros comerciales y tiendas de conveniencia a través del saqueo desmedido de mercancía de todo tipo, lo que es condenable venga de donde venga.
Todavía este pasado fin de semana en varias entidades del país, incluido Tabasco se realizaron manifestaciones contra el llamado gasolinazo, en algunos casos, como el ocurrido en el exterior de la Refinería de Pemex, ubicada en el municipio de Rosarito, Baja California se tornó violento debido a que entre los inconformes un automovilista arrolló a casi una decena de policías antimotines de la Gendarmería Nacional.
De entrada se ve difícil que vaya a darse marcha atrás al ajuste en los energéticos, pues la medida, de acuerdo con el gobierno federal era la más conveniente debido al aumento en los precios internacionales del petróleo, salvaguardando así los programas sociales con los que se asiste a la población más vulnerable, entre ellos los pobres.
De hecho, la medida fue avalada por los gobernadores de diversas extracciones partidistas, entre ellos el de Tabasco, quien sólo consideró que el ajuste debió darse de manera gradual. Y es que con el 20 por ciento de aumento a los precios de las gasolinas quienes más saldrán beneficios serán los estados a través del cobro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a los combustibles.
Para darnos una idea, de cada 100 pesos que reciben las entidades por parte del gobierno federal, 3.8 pesos provienen de los ingresos por venta del combustible y son recursos que van a parar a gasto corriente o para pago de deuda, lo que no los compromete a rendir cuenta en su uso ni mejorar su recaudación propia.
¿Qué es lo que tienen que hacer entonces los gobiernos de cada estado? Apretarse el cinturón, como aquí lo hemos venido insistiendo, y hacer recorte a gastos innecesarios, bajar el salario a funcionarios de primer nivel, suprimir gastos onerosos, no sólo en la administración del Ejecutivo estatal, sino también en el Legislativo y el Judicial así como los órganos desconcentrados. La medida tiene que ser pareja.
No es posible que se siga sangrando a la gente más jodida, a la clase trabajadora, pequeños y medianos empresarios y que cada seis años tengamos nuevos funcionarios ricos.
En Jalisco, por lo pronto el gobierno ya tomó 5 medidas contra el gasolinazo, y aquí las cito: 1. No habrá incremento al transporte público, 2. Se recortará y hará más eficiente el gasto de gobierno, lo que implica la congelación de los salarios de los funcionarios de primer nivel durante el resto de la administración; la reducción hasta en un 30% de los gastos de comunicación social, representación y eventos y el ajuste hasta de un 50% en el consumo de gasolina para vehículos de gobierno, con excepción de las áreas de seguridad y protección civil.
La tercera medida consiste en crear un fondo para la contingencia de la economía familiar 2017 con ahorros logrados en el recorte al gasto corriente y con el que se reunirán los primeros mil millones de pesos para fondear medidas y programas en beneficio de las familias más vulnerables. 4. Se pospondrá hasta 2018 el nuevo modelo de verificación vehicular y 5. Se promocionará a Jalisco como un polo de almacenamiento de combustible.
Queda más que claro pues, que cuando se quiere, se puede. Sin duda el 2017 será un año difícil, pero si jalamos todos parejos, será más llevadero, ¿No creen?
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