Los dos candidatos principales a la presidencia de Estados Unidos, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, intercambiaron este domingo intensos ataques personales sobre su honestidad, temperamento y juicios para dirigir este país.
Ni al principio ni al final del debate, organizado en la Universidad Washington de la ciudad de Saint Louis, estado de Misuri, los candidatos se estrecharon las manos.
Este segundo debate sucedió dos días después de que un audio revelara los comportamientos inapropiados de Trump con las mujeres que considera atractivas, tema presente en este encuentro.
“Dije desde junio pasado que él no estaba capacitado para ser presidente. Lo que todos vimos y escuchamos este viernes es a Donald hablando sobre mujeres, lo que piensa de las mujeres y lo que hace con las mujeres”, afirmó Clinton.
En referencia al audio, en que Trump reveló besar y tocar sin consentimiento a las mujeres que le atraían, Clinton expresó que tales declaraciones dejan claro “exactamente lo que él es”, a lo que sumó los insultos del republicano a otros grupos e individuos.
“No sólo a las mujeres. También ha hecho blanco a los inmigrantes, a los afroamericanos, latinos, personas con discapacidad. Sí, eso es lo que él es. No es esto lo que nosotros somos”, añadió la demócrata.
Trump, quien replicó con acusaciones contra el expresidente William Clinton sobre ataques sexuales, pasó buena parte del tiempo paseando y gesticulando agresivamente en el escenario del debate, mientras Hillary hablaba.
Respecto del audio en que denigra a las mujeres, el republicano explicó que lamentaba sus comentarios, pero insistió en que eran “sólo palabras”.
“Si se mira a Bill Clinton, nunca ha habido nadie en la historia de la política en este país que haya sido tan abusivo con las mujeres. Hillary Clinton atacó a esas mismas mujeres, y las atacó de manera cruel”, sostuvo Trump.
El republicano también interrumpió a Clinton de manera constante, pese a que los moderadores le solicitaron en repetidas ocasiones que la dejara responder, mientras que la exsecretaria de Estado parecía por momentos genuinamente frustrada por la actitud de su rival.
Sin embargo, el republicano se quejó de manera repetida de que los conductores lo interrumpían en sus respuestas.
Trump insistió en que las propuestas de Clinton era sólo promesas vacías, y manifestó que si llegara a la presidencia, “encerraría en la cárcel” a la demócrata por el supuesto delito de haber borrado 33 mil correos electrónicos cuando ella era secretaria de Estado.
Clinton, al contrario que en el anterior debate, no sonrió tan a menudo ni parecía relajada. Ambos candidatos se acusaron repetidamente de mentir.
Al ser interrogados sobre el régimen fiscal en Estados Unidos, Trump admitió que se benefició con las lagunas fiscales que pudo utilizar, pero acusó a Clinton de crear esos esquemas para ayudar a sus donantes millonarios.
Sobre el tema de Siria, Clinton aseguró que ella no desplegaría tropas en ese país, en tanto que Trump aseveró que él coordinaría su ofensiva contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria con aliados como Rusia.
Hacia el final del debate, el debate volvió al tono personal, cuando el republicano acusó a la exsecretaria de Estados de dividir al país, al haber descrito a sus seguidores como un grupo de personas “deplorables”.
“Ella tiene un tremendo odio en su corazón”, acusó Trump, y señaló que Clinton continuaría las políticas del presidente Barack Obama que, a juicio del republicano, han sido “un desastre”.
Mientras tanto, Clinton reiteró que Trump carece del juicio adecuado para ser presidente en Estados Unidos, y que esa opinión es compartida por muchas personas en el país, incluidos republicanos.
“Esta elección se ha convertido en una elección que ha sido en parte tan orientada al conflicto, tan intensa, porque hay mucho en riesgo”, enfatizó Clinton al final del debate.
Las opiniones sobre quién pudo haber ganado el debate resultaron divididas, aunque claramente la exsecretaria de Estado tuvo un reto mucho mayor que en el primer encuentro.
El mercado de divisas, sin embargo, pareció una vez más favorecer el desempeño de Clinton, con un ascenso sostenido en el peso mexicano desde las revelaciones de los audios de Trump del viernes pasado, al menos durante la primera hora del encuentro.
El peso inició en 18.91 unidades por dólar y fluctuó en torno a 19.05 unidades por dólar, mientras que durante los últimos meses ha descendido con las probabilidades de que Trump acceda a la presidencia de Estados Unidos. (Notimex).