En el auditorio Carmen Vázquez de Mora de la Casa de Artes José Gorostiza, la escritora Cynthia Esther Alarcón Múgica presentó su libro Minucias filosóficas, editado por el Gobierno del Estado de Tabasco, por medio del Instituto Estatal de Cultura, en coordinación con la Secretaría de Cultura federal.
La autora explicó que propone generar un encuentro genuino y ameno con los filósofos que transformaron su manera de ver la vida y de actuar, con el fin de reconciliar de alguna manera al lector con la filosofía.
“Lo que me movió a publicar, a conjuntar estos ensayos que nacieron cuando yo estudié filosofía, fue la manera en que esta disciplina tocó mi vida a través de las voces de muchos filósofos y sus luchas por saber qué son las cosas”, agregó.
En tanto, Francisco Payró, coincidió con los comentaristas en que, a través de su obra, la autora nos acerca a los textos de grandes pensadores de todos los tiempos, y nos invita a filosofar.
“Esther Alarcón se acerca a un puñado de temas que en sí mismos constituyen una parte de lo que la discusión filosófica ha comprendido desde la aparición de los llamados filósofos presocráticos, pasando por Platón, Aristóteles y la cumbre griega que significaron zozobras en torno a las ideas, capacidades humanas para acceder a la verdad y al modo en que nuestros sentidos acceden al conocimiento”, explicó.
Asimismo, mencionó que explora brevemente la emoción teológica que parte de San Agustín y de Santo Tomás, deteniéndose en las postrimerías del Medievo para hablar de la utopía de Tomás Moro, para llegar -previa incursión a la Edad Moderna que ayudaron a construir René Descartes y Gottfried Lewis-, a un siglo XX dominado por la fenomenología, el sentido del ser de Heidegger y la hermenéutica de Gaver.
Por su parte, Margarito Palacios dijo que “el pensamiento, el lenguaje, el tiempo y la realidad son temas que resumen la problemática epistemológica, ontológica y metafísica que ha preocupado a Cynthia a través de sus estudios filosóficos y que como lectores podemos disfrutar en este libro, el cual destaca por su sencillez argumental y su genuino deseo de comprender las intrincadas proposiciones de los temas”.
En su intervención, Héctor de Paz dijo que el filósofo al igual que un poeta tiene que vivir siempre en dos estados permanentes: un estado de inocencia, que está caracterizado por una capacidad de asombro como la que tienen los niños, y uno de alerta, que implica tener una serie de herramientas capaces de transcribir o traducir ese asombro a una obra literaria o una creación artística.
“El filósofo tiene que aprender a leer dos cosas: el libro del mundo, el libro abierto de lo que es la vida, y el libro interior que somos cada uno de nosotros. Y esa lectura tiene que ser profunda”, puntualizó.
Por último, señaló que Cynthia Alarcón tuvo dos aciertos: poner este libro en medio de una conversación cotidiana y entablar un diálogo entre el lector, los filósofos y con ella misma, algo fundamental que arrincona al público a analizar la obra de manera profunda y lo invita a consultar fuentes, que ayuden a conocer a los autores que se mencionan.
