La reforma electoral acentuó más la división existente entre los ciudadanos de México. En el marco de la conformación de un dictamen en la materia en la Cámara de Diputados, en el país surgieron dos grupos: quienes llaman a una transformación de 180 grados en el Instituto Nacional Electoral (INE) y quienes piden que no haya vulneraciones a ese órgano autónomo.
El primer frente lo encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, seguido de legisladores y dirigentes de Morena, PT y PVEM, gobernadores de esos partidos, secretarios de Estado y hasta la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra.
Mientras que el segundo se integra por congresistas y líderes del PRI, PAN, PRD y MC, integrantes de la academia, de la iniciativa privada, organizaciones civiles y la Iglesia católica.
La confrontación ya derivó en solicitudes de renuncia, descalificaciones, convocatorias para manifestarse en las calles y hasta la petición de un paro nacional de actividades. Expertos consultados consideran que la división por la reforma electoral pone en riesgo la gobernabilidad y la estabilidad del país.
“Este pleito es un reflejo de la división que ya existe, el tema electoral es polémico y por eso se intensifica esa división.
“El INE ha sido el eje de la democratización y muchos sectores quieren defenderlo, no quieren que se modifique ni que se subordine al gobierno, entonces sí es un tema de confrontación que sin duda pone en riesgo la gobernabilidad. De aquí a la elección de 2024 esas tensiones van a crecer”, advirtió, en entrevista con EL UNIVERSAL el analista político José Antonio Crespo.
La propuesta presidencial llegó a la Cámara de Diputados el 28 de abril de este año, con planteamientos como sustituir al INE por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), reducir a siete el número de consejeros electorales y elegirlos mediante voto ciudadano, así como eliminar a los Organismos Públicos de Elección en los estados (OPLES), entre otras.
Hasta este día, a la Cámara Baja han llegado 110 propuestas que están siendo analizadas; sin embargo, diversas voces de Morena y aliados han insistido en que la propuesta del Jefe del Ejecutivo federal debe pasar en sus términos o, al menos, los puntos más destacados del proyecto.
“La reforma electoral es muy importante para que se destierre el fraude, los consejeros actúan por consigna, eso hay que corregirlo, hacer valer la democracia como forma de vida y como sistema político”, declaró López Obrador el 13 de octubre.
Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, ha dicho que el INE “debe renovarse o exterminarse”, mientras que el coordinador de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, ha advertido que están abiertos al diálogo, pero sin renunciar a las máximas del partido.
“Tener un INE que no sea costoso, que sus integrantes sean electos democráticamente y que se profundice en la ciudadanización de los que integrarán el consejo general de ese órgano”, detalló el pasado 16 de octubre.
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha defendido la propuesta presidencial al decir que “los mexicanos están cansados de que tenemos uno de los procesos electorales más caros del mundo”.
En tanto, la CNDH exhortó a los diputados federales a votar a favor del proyecto bajo el argumento de que el instituto electoral y el TEPJF “son instrumentos parciales, de sabotaje de la voluntad del pueblo”.
En contra
En contraparte, los consejeros del INE, dirigentes nacionales de oposición y los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN, PRD y MC han advertido el riesgo de una “regresión democrática”, postura con la que han coincidido, a nivel internacional, con el llamado de la Comisión de Venecia: “A no socavar al INE y a la democracia”.
Líderes del sector académico pidieron a los diputados decir no a la propuesta, que calificaron de “regresiva”, mientras que las organizaciones civiles Frente Cívico Nacional y Unid@s anunciaron la realización de una marcha el próximo 13 de noviembre en defensa del INE, además de un paro nacional de actividades el 14 de noviembre.
“El gobierno busca despojar a los ciudadanos de nuestro derecho de organizar nosotros mismos las elecciones.
“El INE no se toca y es responsabilidad de todos defenderlo”, señala la convocatoria.
De igual forma, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su preocupación por la reforma político-electoral que se discute actualmente en la Cámara de Diputados, por considerarla regresiva y porque elimina la autonomía del INE.
Ramón Morales, profesor de comunicación política en la Universidad Panamericana, advirtió que la polarización derivada de la reforma electoral es parte de la política del Jefe del Ejecutivo.
Por su parte, la analista política Arlene Ramírez Uresti alertó sobre la llegada de un Estado polarizado y totalitarista (El Universal).